domingo, 12 de diciembre de 2010

TELARAÑAS




Telarañas, telarañas y telarañas
Vivimos atrapados en un jardin de telarañas
Cosidos a ellas esperando la guadaña
Unos mas, otros menos pero nadie escapa
Millones de estrellas todas encadenadas
Telaraña, la moral obligada
Telarañas, la mirada enamorada
Telaraña, la posición labrada
Telaraña, la pobreza con el hambre clavada
Telaraña, la ilusión cegada
La voluntad crucificada atrapada en telarañas
La iniciativa encauzada esclavizada en telaraña
Las manos mutiladas estan en telarañas
La libertad embalsamada yace en telarañas
La red por el mal y el bien anudada
La rebeldia ensangrentada
El canto de los dioses de melodías vanas
La enfermedad que arroja almas saboteadas
Los ojos que aman y las miradas reflejadas
Las caricias de la telaraña mas deseada
La venganza, telaraña momificada
Las imágenes adoradas o la orgía depravada
La iglesias de telarañas empedradas
La soledad en el alma clavada
La muchedumbre muerta y agitada
La juventud arrogante por el tiempo sentenciada
El ser anónimo a la muerte ligada
El no ser vacío, y oscuro de la nada
El cuadro que colores sangraba
La estatua que parecía que te miraba
Nudos, lazos, sogas y cordadas
Que sostienen la vida asesinada
Solo el que sueña huye de la telaraña tirana
Y encuentra la única escapada


12-12-2010

miércoles, 10 de noviembre de 2010

DERIVAS

Oigo susurros en la memoria escritos
sedas violadas entre jirones
momentos de hielo fijos
bajo icebergs se esconden

Papiros, nubes y tormentas de silencio
entre fuegos de rescoldos rotos
desiertos de arenales y arpegios
lenguas en espejos absortos

¿Donde están las palabras de las aguas
y la lengua que bailaba
en los harenes rojos de la fragua
y los besos en ascua que quemaban?

Te fugaste del cuadro que colgaba
de los muros temblorosos del pasado
entre el musgo escrita esta la marca
del relato de cristales desolados

El deseo quería encadenada
la luz del ocaso sitiada
No bastan las espadas delanhelo
para fijar las estrellas en el tiempo

La saetas de los sueños
se pierden entre los vapores
de la piel suspirada de los cielos
inmune a flechazos y dolores

del bosque negro de la noche
de cada una de sus ramas sombreadas
cuelgan cerezas pálidas e insomnes
como deseos de mirada plateada.

10-noviembre-2010

martes, 9 de noviembre de 2010

RECUERDOS Y AMNESIAS

Del horizonte surgen susurros
Y mares de miel rota
donde reposa el futuro
manan cendales de oscuras sombras

Una imagen desnudarse quiere
rompiendo las cadenas del espejo
donde la tribulación hierve
fundiendo carne y cuerpo
y una piel que se estremece
bajo la caricia de hierro
que escribiendo refiere
vidas de cansado fuego

Hay lagrimas y puñales clavados
entre los sueños quebrados
vidrios tristes hilvanados
por los deseos frustrados
Del telar de la fantasía
entre madejas de cabellos
brotan sedas de piel fria
que apagaron los infiernos

Cuando los perfumes de camino
endulcen los recuerdos lejanos
agotando las luces del destino
quedaran muertos los veranos
que avivaron los brillos
de aquel sol besando tus manos

Los puentes del retorno
con ojos cegados de regreso
y los anillos del arroyo
estrangularon desde el lecho
los caudales en reposo
que agonizan en el tiempo.

9-noviembre_2010

martes, 2 de noviembre de 2010

ELEGIAS HELADAS

En la tundra descarnada
dunas llenas de soledad
nievan miles de miradas
que no supieron qué mirar
atrapadas por los hierros de la helada
sin tiempo para fulgores ya
entre brasas de triste escarcha
y quebradas ilusiones de cristal
Hay anhelos muertos bajo la invernada
que no pudieron respirar
bajo las sábanas nevadas
clavadas en la carne del final.
Miles de besos vuelan en bandadas
Huyendo de bocas sin mar
En busca de primaveras arboladas
Y ramajes que besar

2-noviembre:2010

TORNASOLES

Quisiera que al mirar la cúpula negra
sorprender en el cielo una orquesta
que una lengua tuviera cada estrella
cascabeles de plata en cada estela

Cuando huya la luz del día
y el sol meta su oro en un cesto
aparecerán en escena sinfonías
enjambres de plata en cielo
supernovas, arpegios y melodías
en mares rotos por el tiempo
teñidos de ausencias frias
silencios llenos de espejos
destellos, palabras y heridas
amores con cabellos de fuego
volcanes llenos de sangre viva
entre bordados de lava duerme el deseo
en el arbol de las miradas
posado hay un fauno al acecho
escondiendo su sexo en las ramas

Hoy al romper la alborada
apareció muerta la noche
por dagas de oro apuñalada
ensangrentando el horizonte
sonaron terribles venganzas
cuando el ocaso remonte
la luz será asesinada

La esperanza es una flor nacida en basureros
la belleza una hiedra abrazada
el esqueleto que sujeta el fuego
que luce sus crines en llamaradas.
1-noviembre-2010

viernes, 29 de octubre de 2010

RECLAMOS MUERTOS





Hierve el frenético deseo
de nadar hacia atrás
en un furioso aleteo
rebeldía y v ano afán

Besos gastados de callado fuego
caricias a Venus sin piel ya
combates sobre al arena de un Coliseo
donde la victoria no se ha de alcanzar

Llora el tiempo bloques de piedra
cegando os ojos del retorno
un llanto helado de aferrada hiedra
roca abrazada y el regreso roto

No hay viento que deje despeinado
el cabello por el tiempo trenzado

Cuando pasa por la trilla del ahora
vive breve el futuro y se transforma
en cadáver para el ataúd del otrora

Saciada de vida la muerte
que mientras se vive se teme
como inevitable suerte
la única certeza existente
Por eso mientra viva
no dejare de querete
mientras llore agua la fuente
29-octubre-2010
(imágenes_ orto y ocaso_el sanwich de la vida)

jueves, 28 de octubre de 2010

PERSPECTIVAS

Escondida entre sierpes
oulta en telarañas de roto cristal
en la espuma que amanece
alli debes estar la escalera de la felicidad
¿Cuántos pasos muertos?
en veredas que asfixia el cenagal
escalones por donde cayeron quebrados los anhelos
condenados por el azar.
¡Como se estrecha el sendero!
¡Cómo cuesta trepar!

A las riberas del camino
Donde se apila el infortunio
Rebosa la sangría del destino
Y sepultada en abismo sucio

Del fondo de la sima se oyen
de los huesos el hedor
del húmedo vacío emergen
mil arpegios del dolor.

Mil hogueras de llamas que danzan
mientras convulsas se abrasan
por el fracaso despeñadas
en la escalera se ven manos aferradas
por el hacha del acaso mutiladas

El fracaso tiene lengua muda
mil vendettas no tejidas
esperan anudar en sutura
palabras aun no dichas

28-OCTUBRE-201O

sábado, 23 de octubre de 2010

BRILLOS A LA DERIVA

Cuentos de ausencias quedaron escritos
En efímeros papiros de arena
páginas de suave granito
entre cabellos de hoguera se consumieron sus letras

La soledad oculta entre faroles mudos
que matan con haces de sombras
extinguido en apagados susurros
de fanales de lenguas rotas

Tras la ausente quedo el sol muerto
lleno de lodo su ojo de fuego
y un cielo de vacio repleto
y en la tierra solo jardines yertos

Ríos de lava y amor
devorados por las fauces de un sol
convertido en cíclope asolador

Una ninfa teje en su bastidor
telas de tímida ilusión
con hebras de agónico fulgor
restos mortales de un dorado esplendor
de un tiempo de oros furiosos que ya murió.

23-octubre-2010

DELIQUIOS

Oleadas de hielo triste
desgarran la carne de la playa
y el océano que se resiste
estrellando en los cantiles sus olas bravas

Desapareció la ninfa del cortejo
lloraron pétalos sus dedos
la canófora quedó presa del espejo
encadenada con destellos
el viento coge sus cabellos
y los enciende de recuerdos

Una hiedra de música líquida
Juguetea entre el barco muerto
de madera rota y frígida
acaricia con espuma la madera de sus huesos

Bajo la piel del mar
hierven danzas de cristal
donde el sol quiere entrar
con su ariete militar
la sirena se desnudará
para lucir su piel de sal

Hay lava rota en los ojos del sol
acechando en castillos de coral
las sirenas suspiran peligrosos vagidos
dulces cantos y puñales entretejidos

reflejos en la mejilla del mar
bordada por senderos
humedades y tafetán
los abismos pudren mil maderos
un sudario cementerio de coral
con el olvido por sepulturero.

22-octubre-2010

domingo, 3 de octubre de 2010



Carencias



Aceros de luz apuñalan la noche
Malherida la Aurora, estertores de agonía
Mataron a la muerte en el horizonte
Manchado de sangre llegó el día

La luna jura venganza
Con sus filos de plata fría
La hemorragia de oro acuchillada
Cuando en los palacios del ocaso se acogía

La emperatriz musa de la poesía aclamada
Entre amazonas de coraza helada
hordas de guerreras pálidas
pueblan la noche como crisálidas

Llueven dorados fuegos
Sobre páramos guerreros
Corazas restallando en destellos
Bajo las praderas azules del cielo
Los ejércitos apenas se vieron

La aurora de pies fríos y`pasos helados
Con fanal de muertos oros
Y destellos anémicos plateados
Combates feroces quedaron en amagos
No es posible unir a aquello que no se puede unir, ni siquiera en poesía.



Los fríos dedos del viento juegan sin orden alguno con mis cabellos. Mientras su frío soplo me anuncia que el verano yace ya bajo los túmulos del hemisferio. Exequias de los colores ruidosos e indolentes, comienza el imperio de las tonalidades austeras y discretas.
Veo a mi vecina Freya, desnuda como siempre, estática y reflexiva. Es la linda y joven yegua que vive bajo el castaño de al lado. La albura de su piel parece estancada en un crucial intento por ser impecable que degeneró en fracaso que no menoscaba en absoluto la clásica belleza de los descendientes de Pegaso. Sus incomprensibles correteos, y impenetrables cabriolas activados por sus sangre briosa y plena de juventud, han jalonado los pulsos de este verano. Sus divertidos relinchos se convirtieron en graciosos arpegios de fondo, que pusieron picos de quebrado en la monotonía de los calores más arrogantes.
En ocasiones la todopoderosa mirada humana se estrelló con la suya, de una dulzura inexpresable. Parecía decirme: “¿Qué miras humano?”, Quizás cuando se echa en el suelo, abrazada por las frescas amenidades de su árbol favorito consigue que me sienta despreciado. Me siento rechazado por no ser caballo, mis caudales se ciñen a la exigüidad del capital humano que quizás no sea mucho. No para ella al menos. Mi objetivo descabellado de apreciar su lujuria equina, intentando identificar a la bella Aspasia o la irresitible Friné en su sinuoso dorso, me llevan a un pensamiento sin precedentes, quizás no podamos asumir, por pura carencia, determinadas bellezas. He aquí la condición humana como limite, como marca, más allá de la cual solo es posible la fantasía mas osada, que no es sólido cimiento para inducciones posteriores.
¿Verá su vida Freya condicionada por que hoy sea domingo?. ¿Sabrá que muchos humanos, de este pueblo, consagraran, con devoción discutible en el mejor de los casos, a una supraentidad creadora este señalado día? Envidio su virginidad intelectual, sin las máculas del miedo al horizonte, al futuro. El conocimiento es una daga de doble filo. La consciencia absorbe nuestra mente en disquisiciones sobre lo inevitable. ¡Bah,! ¡Qué pérdida de tiempo!.
Freya está inmóvil, estática, estatuaria, inmutable. Mientras la apatía que hace retorcerse en nuestro interior la serpiente de la angustia nos aflige. El no hacer nada, la tribulación de no encontrar sentido en nuestras vidas, parece no afectarle a ella. ¡Hermosa criatura ¿Tienes tu el secreto?!. Después de mis horas de intensa especulación mental, de batirme desesperadamente frente a la sensación de creerme sitiado por este extremo, solo desearía que, por un momento, Freya descendiera a la humana condición y con habla inteligible para nosotros nos revelara la solución para estas tragedias atomizadas a la realidad humana. Una yegua adolescente quitándole el pan de la boca a los señores psicólogos. ¡Qué extraordinaria paradoja!. ¡Freya, prometo darte un manojo de jugosas zanahorias si me liberas, si nos liberas!.
Quizás la existencia de un extraordinario ser vivo como ella transcurra en armonía por abandonarse sin rebeldía limitándose a mantenerse a flote en las aguas que nos llevan por el torrente del tiempo. ¡Qué sé yo! Sólo soy un humano no un equino.
Freya se aleja hacia el otro lado de la finca, ¿por qué?. ¡Joder, que maniática obstinación de los humanos por encontrarle a todo un por qué!. Intento descoserme la indumentaria que me confirma como humano, liberarme, y razonar como mi linda vecina. ¿Qué por qué voy al otro lado de la finca? Fácil. ¡Porque existe la otra parte de la finca!..
Quizás la sabiduría de Freya esta muy por encima de la inteligencia humana.
¡Ah! Seguro que Freya volverá a esta parte de la finca, por la misma razón que se fue.

LA GARGANTA 3-OCTUBRE-2010

miércoles, 25 de agosto de 2010

EL PARKINSON

Hiedra de músculos rígidos
Voces de pálido metal
Movimientos lentos e insípidos
telaraña en forma de dogal

Surcos en la boca reseca
En las mejillas mudos lamentos
Miserias de lluvias negras
Que despiertan el movimiento

Trémulas caricias
Tartamudos deseos
Atropelladas delicias
Vida plena solo en sueños

Tentáculos y distonías
Hacen que duela la vida
En lentos pulsos del día
Lagrimas y sed de aguas nigras

Equilibrios de hilo tenue bordados
en los ciegos cantiles del ser
bloqueos obstinados y enraizados
que hacen a la vida caer

Cuerpos encorvados
al amor de fuegos apagados
entre madreselvas encadenados
exilios forzados
Empeños resueltos y juramentados
de hierros con brío forjados
desafíos heroicos y apagados
por nadie festejados

Harapos, jirones, derrotas
vistiendo vidas rotas
victorias en blanco y negro
derrotas de colores plenos

Raíces profundas quebradas
a la tierra convulsas abrazadas
temblores entre las ramas
a la vida con fuerza aferradas

Solsticios de fuerza obstinada
para vidas desesperadas

Ocasos en horizontes cercanos
por voluntades iluminados.


15-AGOSTO-2010

lunes, 23 de agosto de 2010

EL NUEVO JAIME


Que me disculpen los creyentes, o que no, es igual, seguiremos creyendo lo creemos, ellos y yo, al menos. Me parece que ese Dios masivo y multitudinario no es mas que una ilusión, un deseo. Pero sería injusto negarle ciertos méritos, cierta utilidad. No, esperen. Una sola cualidad, que no es poco. La de ayudar a algunos creyentes a afrontar los sinsabores de la vida. Este descubrimiento no nace tras intensas lecturas ni de sesudas reflexiones. Yo me baso en una viñeta que vi en un comic de “Mortadelo y Filemón”, en uno de los inacabables best-sellers del señor Ibáñez. La pedagogía es una flor ubicua, puede estar en cualquier lugar.
En la tal viñeta podía verse una típica representación rural. Juzguen ustedes. Un carro, pachorrudo y casi estático. En su pescante aparecía el señor hortelano con la topografía de lo cotidiano y común abrazada a su adusto perfil. Edad indefinida, con esas exageraciones caricaturescas de las que tanto gusta el señor Ibáñez, descomunales botas, pantalones acribillados de archipiélagos de remiendos, rigurosa faja, aferrada como boa constrictor a su cintura y tosca blusa. Del cual carro tiraba cansinamente un viejo bruto, con la categoría de mula, acreditada por las insignias de sus orejas, grandotas como las de asno, aunque el resto de su obra viva venia determinado por formato de claro origen equino. Esta noble acémila, a juzgar por su cabeza gacha y las miriadas de insectos que evolucionaban a sobre su persona, y esos pellejos transparentes que radiografían una osamenta terminal ya, andaba en el ocaso propio de las bestias muy trabajadas.
Pues bien el labriego sostenía una especie de pértiga que se alargaba hacia delante sobre la cabeza del viejo mulo. De ella colgaba un cordelito a cuyo final aparecía suspendida una suculenta zanahoria, asegurada por un nudo terminante. En tales términos que la zanahoria se balanceaba ante la vista del animal, jugosa y prometedora. La enseñanza que de esto se desprende es mas enjundiosa de lo que pudiera parecer. El mulo, obstinado en alcanzar un fruto que de ninguna manera podía conseguir, tiraba del carro en pos de una pura e inalcanzable ilusión.
Pues la fe puede ser esa zanahoria que nos hace caminar en busca de una quimera. Al margen de que la zanahoria sea real o de plástico, verdadera o falsa, motiva para seguir el camino.
No importa como se le llame, la Naturaleza no es sino un corpus jurídico de leyes insoslayables que rigen la vida en todos los órdenes. ¿Una deidad?, pues se puede llamar así por qué no. Ella no admite los adjetivos con que se adornan a Dios. Si Dios es misericordioso, de bondad infinita, omnisciente y pío. Los protocolos de la Naturaleza no admiten esas prendas. La Naturaleza es inhumana, exhaustiva e inexorable, reglamenta la vida sin detenerse en distingos ni apartes., Es universal. Obliga a los seres vivos a vivir, a todos por igual.
Hay algo seráfico, sublime en los niños pequeñitos, nos delectamos observándolos, y los protegemos. Existen también otras formas de vida menos populares, la bacterias o los virus. Si uno de estos seres entra en el cerebro de un niño, lo arruinará y masacrará sin pararse en consideraciones morales o éticas. No importa que la victima sea una muñeca lindísima e inocente, el virus actuara como cualquier ser vivo, es decir intentara vivir a costa de producir atroces daños en la niñita. ¡Vivir! esa es la consigna para todos. Esta claro la Naturaleza nos considera una forma de vida mas. Mientras que el Dios cristiano nos distinguió, según el Génesis con el galardón de ser la obra principal de su creación.
¿Dios o Naturaleza?, dilema hamletiano
23 agosto 2010

sábado, 21 de agosto de 2010

El reeencuentro


En ocasiones, cuando queremos reflejar el pasado en los espejos del presente nos damos cuenta que el tiempo produce una distorsión en las imágenes que creíamos mantener con absoluta fidelidad. Pero otras veces, por muy poco que se recuerde el cambio es tan notable que no puede pasar inadvertido. Y el impacto que me produjo ver la actual degeneración del Castañar alcanzó proporciones cosmológicas casi. Ante tanta desolación vegetal no puedo evitar remontarme a las amenidades ofrecidas por un pasado no tan lejano en el tiempo Con los ojos cerrados, la mirada del recuerdo se solaza en antiguos panoramas que no parecen querer volver. Evoco las bandadas de perdices, tejiendo casi a ras de tierra los cortos hilos de sus imprevisibles vuelos. En la galería de la memoria me reencuentro con los frondosos castaños y de las esmeraldas erizadas que colgaban de ellos, suaves peluches que engañan a la confiada caricia de una mano imprudente con sus afilados puñales, y en cuyo interior, como entre las valvas de las ostras marinas esconden la joya del fruto de color acafeínado que parece pronto a desaparecer corrupto por la infección de la tinta. Han muerto las sombras frescas acribilladas por las saetas de un viento reparador de calores sofocantes. Se acabaron los parasoles formados por las miles de escamas verdes que lucían aquellos árboles con vanidad vegetal. Ahora sobrecoge la imagen agresiva de la desolación más absoluta. No puedo evitar traer a la memoria las lacerantes imágenes de los campos de la muerte de Treblinka, Auschwitz o Mathausen., todo son ramas raquíticas en árboles esqueléticos vestidos en otros tiempos de promisión con unas elegantes hojas de ropaje verde. Extrema ausencia de savia y ramaje desértico. La austera y agonizante presencia de sus huesos de madera da una inevitable sensación de un presente que carece de futuro, un presente detenido con los hierros de la epidemia. Un tiempo que querría ir hacia atrás en un imposible regreso. Mientras la madre Naturaleza se obstina en pregonar la pedagogía de que únicamente lo que estuvo vivo puede morir.
La contundencia de un rumor carente de sonido revela la incomprensible ausencia de una fauna que aparece exhausta de animales. No se ven los cantos de las aves, no se oye la presencia de las eléctricas lagartijas ni de los formidables lagartos.
El automóvil se desliza sobre la intrusa carretera flanqueada por una vegetación abrumadora, aquella que surge del abandono y la falta de labranza. En entorno se ha convertido en multitud insaciable que amenaza tragarse el arroyo de asfalto que serpentea entre él. Estamos ante el lujuriante y desordenado crecimiento de las huestes de la campiña, especialmente de su tropa mercenaria, la vegetación parasitaria y ubérrima que no respeta nada. Las telarañas de las zarzas silvestres reponen y extienden sus brotes mientras que sus brazos con púas se aferran a paredes y árboles ejerciendo el poder absoluto y omnipresente en todos los ámbitos, reparando con sus insípidos frutos la ocupación de su invasión intrusa.
Pasamos sobre dos arroyos, el primero de ellos esta anémico de caudal en verano, pero en sus márgenes descansan piedras, lodo y troncos venidos de no se sabe donde, cuando el torrente se vuelve hemorrágico, envalentonado por alguna tormenta que descargara furiosos aguaceros y arrasa todo su paso, llevándose los restos de su devastación consigo. El arroyo ya no recibe los cuidados del campesino, que servía para contener la osadía irreverente de su propio desarrollo, y semejante incuria ha convertido el arroyo en selva inextricable que recuerda a los manglares del Amazonas.
El segundo riachuelo es más ingente en cauce y tamaño. Millones de lágrimas puras parecen concentrarse en aquellas aguas puras y cristalinas que permiten ver el fondo con absoluta transparencia. Se alimenta del zumo exprimido de las nieves caídas mas arriba, que invita a ensimismarse mirando sus aguas virginales. Nos deleitamos con la sutil música de fondo salida de los infinitos choques del agua contra los guijarros. La tenue sinfonía que nace de esos choques agasaja al que lo contempla, y le sumen en reflexiones imprecisas en el contexto del tranquilo avance de las aguas.
A los que venimos de la ciudad, el hermoso silencio de la floresta se nos vuelve agresivo, acostumbrados como estamos al abigarrado mosaico de ruidos propio de las capitales, nos resulta irreal la presencia de la quietud.
Regresamos ya, y la naturaleza nos despide con la misma paz con la que nos recibió. Me resulta imposible enajenarme de la sensación de nuestra pequeñez frente a la majestuosa quietud de aquel reino, quizás solo seamos vasallos de él.

La Garganta 12_agosto_2010

martes, 29 de junio de 2010

EL FLUIDO ETERNO

En los océanos del tiempo
hierven los oleajes ciegos
estrellando sus cuerpos líquidos
en tempestades de hierro insípido
anhelando abrazar bahías
Con lujurias de pasión fría
incapaces de hallar orillas
la olas entre ellas se acuchillan
espuma que brota de la sangría

El niño que quiso ser hombre
Es el hombre que anhela ser niño
No hay hielo que atrape el horizonte
Ni cadenas que paren el tiempo perdido

Lo que es, fue y será
Hasta que deje de ser
Se quebrara el cristal
De lo que llego a nacer
Pero después continuará
Para otra vez atardecer
Y mas tarde amanecerá
Infinito carrusel
Vida que muere para empezar

Bajo los fluviales del ser
La vida esta fría en el lecho
El hielo muerde al corcel
Cabalgando sobre cristales muertos

29-junio-2010

martes, 25 de mayo de 2010

RECUERDOS

A amor de las cuerdas de una lira
Lo que pugna por ser olvidado cobra vida
El recuerdo entre relámpagos y chispas
Restalla como látigos de plata viva
La memoria descubre la lencería
De cabellos en hoguera encendida
Rescoldos en una senda extinta
Que apenas puede retener la vista

Avanzar hacia el pasado
Regresar hacia el futuro
Sentimientos en arrecifes escorados
Vuelvo a donde nunca he estado
Huyendo de lo nunca pisado

Prisionero entre horizontes
Entre los hierros del alba y el ocaso
Fuera me espera Caronte
Para dejarme en la orilla si no pago

Un cielo de papel blanco
Para escribir palabras de plata
Que brillen mil años
Ocultas en la mañana

Entre húmedos escollos
Sobre un líquido de piedra
Espero ver de la vida el dorso
Aquel que no conociera
Como si fuera doncella
De cabellos peinados
Por puñales de estrellas
Furiosamente acariciados
Por tormentas serenas
Sentires mecidos por galernas
Al abrigo de aguaceros de perlas
O mojado por lluvias secas

25-mayo.2010

domingo, 16 de mayo de 2010

OTOÑO

Frente al mas locuaz de los silencios, ante esa sorda censura atestada de monólogos de piedras que aturden y atemorizan, entonada por la inmutabilidad de las lápidas, prefiero la suave agonía de los campos otoñales. La muerte se adorna con galas doradas en mortajas de hierba. Mientras el viento susurra al oído las proximidades del hielo con soplos anémicos de estío. El otoño deja en los lienzos del horizonte pinceladas de rojos ocasos, de soles agotados por las hemorragias de veranos caducos. De árboles heridos de muerte que sangran el plasma de hojas desnudas de los oropeles verdes de antaño.
La naturaleza perece, con las venas cortadas por estiletes de llamas cada vez mas frías. Adormecida y convaleciente entre estertores de alboradas grises y vagidos de soles por puñales de noche heridos.
Mueren hogueras entre leños de hielo. Y un crepúsculo saturado de cristales opacos, dispersa la imagen borrosa de atardeceres tempranos filtrando amaneceres tardíos.
Entre estaciones extremas el tren de la vida se detiene en los apeaderos tranquilos de multicolores carcajadas y recesos de muerte pausada.

Pedro neila
16 mayo 2010

domingo, 11 de abril de 2010

QUIMERAS

Cuando podía no quise
Cuando quería no pude
En los días teñidos de triste
Esperando que los jardines saluden
Veo alboradas enfermas de ocaso
En cementerios de oro pintados
Musas pálidas de anemia
En lienzos de sangre muertos
Esperando el beso del talento
La hemorragia del estro
Y el solsticio del momento
Que dé vida a lo que está muerto
Sin huida no es posible el regreso
Ni ceniza sin fuego
Siempre tuvo vida lo yerto
Y pigmento de amor un beso
Cabellos recogidos en cestos
Deseos llenos de intentos
Y estrellas clavadas en cielos
Con versos de plata en cada destello

Cuando se aproxime el destino
Veré que nunca acaba el camino



11 ABRIL 2010

jueves, 18 de marzo de 2010

REQUIEM

Sedas de niebla visten el frio de la mañana
tumulos y cortejo de tierra muerta
las musas plañideras de una pena
velan la el cuerpo de una estrella
inerte, sin vida ni llama
hoy murió la vida de un poema
exánime y sin sangre una paleta
quebrada en risas que tristes suenan
muriendo la vida en colores pálidos
viviendo la muerte en negros cálidos
no es posible abrazar los cielos
cuando es amor de sueños
cerro los ojos un verso
y un cincel cayo al suelo
el escultor yace yerto
el sueño cuelga en la mas alta rama
y despues solo nada, nada
Esta desnuda la mañana
cuando no hay trinos en el alma
Murio un poema temprano
Aliento apagado entre mis manos

Ya por los balcones de Oriente
Irrumpe la luz que viene
Cabellera de luz de un fuego
Que enciende la penumbra
Rompiendo en mil cristales
El tejido que me abruma
Una bayadera danzando, recortando
siluetas en lo lejos
Contornos de un tango
Un guitarra con su cuerdas va hablando
Lamentos y tristezas contenidos
De una loca muy cuerda
Hay latigos de plata en llamarada
Languidez y mirada serena
Y una vocecita apagada
Estallando en el silencio callada..

18-MARZO-2010

sábado, 13 de marzo de 2010

el lastre

“Forma parte de nuestro patrimonio cultural” “Nos define como particularidad”. “Ha servido como modelo a nuestros mejores pintores y poetas” “Es un arte”. Tales son los argumentos de muchos españoles a la hora de defender lo indefendible. Recuerdo al señor Calviño que fue el responsable de la Radiotelevisión de nuestro país. Este señor proscribió los combates de boxeo por ser espectáculo violento. Desde entonces la Televisión estatal no volvió a emitir combate de boxeo alguno. Pero nada dijo de las corridas de toros.
Por muy entendido que sea un aficionado al arte de Cúchares, aunque se sepa de memoria todo el Cossío, la triste y bárbara realidad no es otra que la que paga su localidad por ver sangre, muerte y violencia.
Soy español, tanto como cualquier otro. y de ninguna manera puedo aceptar que ese horrible espectáculo de circo romano sea catalogado como la “Fiesta Nacional” de mi nación. Las culturas son todas dinámicas y tienden a evolucionar, en este proceso se verifica una depuración de su desarrollo. Por lo visto hay sectores que se mantienen en la obstinación de un apego salvaje a determinadas costumbres alegando demagogias que intentan ocultar, sin poder lograrlo, unas preferencias por estos bárbaros e inhumanos fenómenos.
El arte. Por mucho que se diga que la tauromaquia ha servido de soporte para manifestaciones artísticas de nuestros mejores artistas del lienzo o el verso, la llamada fiesta nacional no deja de ser lo que es, una rémora, un lastre en la evolución humana. Goya llevó a sus lienzos secuencias taurinas, es cierto. Pero esto no las avala como argumento. También inmortalizó los fusilamientos de la Moncloa tras el dos de mayo, y esto no los habilita como práctica.
No solo es la corrida de toros en si la que cuestiona nuestra evolución, hay una serie de festejos afines a ella que legalizan la mas ominosa tortura y envilecedora de estos animales. Como extremeño siento náuseas de algunas de sus costumbres en este sentido. Toros acribillados con dardos, alanceados, embolados, vejados forman parte del espectro de diversión de muchos festejos menores.
A día de hoy está en primera página de los medios informativos la polémica, suscitada en Cataluña, lugar donde se pretende erradicar esta barbarie. El principal partido de la Oposición, en su ciega postura de manifestarse en contra del Gobierno (socialista), se ha posicionado a favor de la pervivencia del inhumano espectáculo. Señores políticos no todo vale para alcanzar la poltrona. La tauromaquia por mucho que se alabe por los taurófilos es un atavismo, que debería haber caducado ya, una orgía de sangre y martirio a la que hemos dado la categoría de fiesta. Si la diversión en este país pasa por el sufrimiento de animales, será llegado el momento de cuestionar nuestro desarrollo.
Comemos carne, es verdad, pero yo no conozco a nadie dispuesto a pagar una localidad en un matadero municipal para contemplar la muerte de las reses. O quizás si.
Como esa juventud en visceral rebeldía, en aquel pueblo cuyo divertimento secular se basaba en arrojar una cabra del campanario, que, en vista de la prohibición gubernamental al festejo, proclamaba que ese año no se contentarían arrojar un animal sino dos, dejó muy claro la irracionalidad basada en la filia producto de una educación fraudulenta
Quizás no se cuestione solo ya de sentirse español o no, puede que se trate de algo de alcance mas universal. ¡Sentirse humano o no!

13- MARZO-2010

viernes, 26 de febrero de 2010

en la estela de un sueño

La soledad colectiva posee una fuerza centrípeta, hace que los individuos tiendan a aproximarse hacia el grupo que forman. El gélido perfume de diciembre, transformado en látigo de hielo, les azotaba también y les obligaba a buscar el calor entre ellos. La contracción material parecía darles fuerzas, les hacía más decididos, más compactos, rellenado las fisuras individuales de la tribulación o la duda, para encarar la magna empresa.

Debió ser en 1.910 ó 1.911, en una estación de ferrocarril, Baños de Montemayor, arrimada al sur de las estribaciones de la Sierra de Béjar, en un lugar remoto al norte de Extremadura. Esperaban al tren que les conduciría a Cádiz donde estaba el punto de partida de la aventura transcontinental, desafío que si bien entonces resultaba formidable, a día de hoy ha perdido su epopeya, por que los actuales sistemas de comunicación han acercado tanto a las gentes que el planeta parece haber mermado en espacio. La realidad nunca es categórica sino que depende de cómo la asuma el observador. Si se hace el esfuerzo de ponernos en aquel lugar y en aquellos momento encontraríamos un universo (cada persona lo es) en el que giran elementos de obligada presencia y extensibles a quienes comparten retos extremos. Juventud, búsqueda de oportunidades allá donde se presenten, ambición y esperanza, valor y determinación.

El grupo no pertenecía al pueblecito que daba nombre al centro ferroviario. No. Habían descendido a lomos de bestias de arreo y carga, con familiares y amigos de otra pequeña localidad, agazapada entre recovecos ya puramente serranos. La Garganta, pueblo de clima invernal crítico, una temida bestia con incisiva dentadura de hielo, que alternaba con deliciosos y amenos veranos al margen o a salvo de los sofocantes ardores estivales de la Extremadura Baja. Alejado de las principales vías de comunicación, en donde vivir suponía un extremo desafío a un entorno duro y áspero. Que vivía de la explotación ganadera, esencialmente de cabras. Parajes en las que el ramoneo de los tiernos brotes de zarzamora, vainas de retamas bravías, las duras hojas del roble y las mas suaves del castaño y del cerezo, o el pasto verde de primavera y otoño, o sazonado en rubios almiares hasta llegar a las castañas residuales de la venta, fruto de abundantes montaneras, constituían un alimentación idónea. Estos zarcillos de color acafeinado que colgaban de los castaños asomándose entre los verdes erizos, refractarios a la imprudente caricia, adornaban mas tarde el suelo como un maná provisorio. Procurando alguna renta pecuniaria con su venta, nutritivo pienso para los ganados y un remanente alimenticio para los lugareños que las extendían en los zarzos sobre las humeantes cocinas, donde ganaban con el tiempo en azucares que las hacían agradables y apetitosas al paladar. Tierras que deparaban una austera renta de patatas, garbanzos, una corta gama de hortalizas y verduras ganadas a unos campos que no podían dar mucho mas de una única cosecha anual por la opresión temporal de fríos intensos que mermaban su fertilidad. Otra corte más perecedera de frutas como manzanas, peras, melocotones, ciruelas o cerezas había que añadir al regalo de su austera campiña. Y unas cepas de viñas muy cuidadas, no tanto para la degustación directa de los racimos cuanto para la obtención de su zumo pisado en lagares y fermentado, elixir precioso que llenaba de vapores las cabezas y posibilitaba una alineación temporal de los rigores de una realidad áspera y estricta.
“Hacer las Américas” era una frase hecha que estimulaba los espíritus más inquietos que nunca faltan. El adagio tenía sus orígenes filológicos en el lenguaje generado a partir del siglo XVI, cuando la novedad de un Mundo inédito y prometedor picaba las conciencias mas arrogantes de zonas de España, hundidas en la miseria, de horizontes constreñidos por impuestos y gabelas de todo orden que agobiaban no ya los proyectos de futuro sino el propio presente. Las oníricas viñetas ilustraban el relato de ganancias fabulosas convertían en asumible la pesadilla de la travesía de todo un inmenso océano en una época de navíos frágiles y vulnerables a la temible cólera del mar. Y una vez allí, no faltaban escollos de enfermedades y violencias en océanos de lujuriosa vegetación selvática infestados de toda suerte de peligros, que acosaban a la aventura con la muerte anónima, destino de muchos.
“Hacer las Américas” no era adagio recogido en ningún diccionario, sin definición oficial, pero estaba grabado a machamartillo en la conciencia colectiva. En ocasiones la mente humana se obstina en alear los metales fantasía con los del sueño y el deseo y en esa fragua onírica se forjan las corazas de una determinación que pinta en lo desconocido lienzos acabados y rematados por los colores de lo que se carece en la realidad mas inmediata. Este puede ser el origen y no otro del mito de El Dorado, un reino fabuloso en perpetua hemorragia de oro, tan presente que incluso servía para adornar el cuerpo de sus mandatarios. El hecho de que nunca se encontrara solo sirvió para incentivar la seducción de todo tipo de aventureros y desesperados, generalmente agobiados por la más prosaica de las pobrezas, que no dudaron en buscar aquello que nunca fue hallado. La voluntad humana se activa con una simple ilusión, que puede degenerar en lo peor y en lo mejor del ser humano, dibujando en el horizonte los trazos de la quimera que conforma la escritura del deseo y la avaricia. Tales fueron los verdaderos alcaloides de la conquista americana. La codicia humana es un horno insaciable en el que no se duda en arrojar los mas altos valores humanos para recibir los calores de la riqueza, incinerando todo posible escrúpulo que impidiese, a efectos morales, su prioritaria llamarada del enriquecimiento a toda costa. De manera que aquellos discursos de civilización, como pendón de la conquista, siempre estuvieron supeditados a otras motivaciones mucho menos altruistas, mas primariamente humanas. América se convirtió en tierra crítica, fronteriza, liberada de todos los reglajes y legislaciones que encauzaban la convivencia en el Viejo Mundo. Es esta la verdadera realidad producto de la condición humana cuando no se ve sometida al corsé de ese armatoste ingente y monstruoso llamado sociedad, que cuestiona severamente la evolución humana específica, no ligada a contextos espaciales. America se veía en primer término como una oportunidad de enriquecimiento imperial del estado que financiaba su exploración, pero también personal, todo el resto de cuestionamientos (mortales, éticos, humanos a la postre) se vieron desplazados por la avidez por el oro.
Había en todas aquellas regiones, depauperadas en la España de principios del siglo XX, otros restos a añadir al lenguaje surgido de la aventura colombina que nos llevó a creernos, como Imperio, llamados a desempeñar la falsa filantropía de la conquista civilizadora. Y uno de ellos era el término “perulero”. Concepto que a buen seguro debió oír Pablo Neila Neila, que ilustraba aquella admirada casta de gentes que arrostraron la aventura transatlántica y pudieron regresar con caudales que cambiaban sus vidas. Los Peruleros definían a los conquistadores del Perú que volvieron a Castilla enriquecidos para siempre. Recibidos en sus lugares de origen a su retorno entre bombos y platillos, como héroes épicos. En la otra cara de esa moneda se hacían presentes las ausencias de los que nunca volvieron, de los que jamás se tuvo noticias, que eran indudable mayoría. Fueron aquellos que triunfaron en el empeño los que calaron muy hondo en la imaginería popular despertando ambiciones latentes entre las gentes. Estos eran los sueños de los que acompañaban a Pablo Neila Neila, mi abuelo, en una gélida noche del mes de diciembre a la espera del tren rumbo a Cádiz, para dar el primer paso de un gigantesco recorrido que les llevaría de la Extremadura pobre y mesetaria a los dorados ensueños americanos. Aunque Pablo Neila no alentara en su proyecto objetivos tan decisivos y ambiciosos. Su diseño de futuro era mucho mas limitado. Poder evadirse del servicio en un ejército que tragaba hombres y recursos en el crepúsculo de su epopeya colonial. Una guerra austera y cruel, no declarada, que son las que dejan anémicas a los países por un continuado goteo de efectivos, humanos, medios y dinero de forma soterrada pero incesante. Un ejercito nunca bien abastecido por corruptelas internas, desvíos de fondos, etc.… En un medio hostil por la guerrilla rebelde a la colonización, por un extremado clima, propios de zonas semidesérticas, y sin la atención sanitaria conveniente. Y si que había una forma de quedar exento de él. Pagando una cantidad al gobierno. Tal era el nervio central del viaje equinoccial de Pablo Neila, ceñido a propósitos de horizontes más limitados,
26-febrero-2010

sábado, 6 de febrero de 2010

FRASES, ADAGIOS Y OTRAS MINUCIAS

FRASES, ADAGIOS Y OTRAS HIERBAS

“….los escritores parece que lo sabemos todo, pero sólo lo parece, lo que ocurre es que cuando no sabemos una cosa nos la inventamos ¡Para eso somos escritores!...”


Cuentan que cuando iba a ser ahorcado, no sé si Don Rodrigo u otro alguno hombre (pero puedo asegurar con seguridad que se trataba de uno u otro) en el momento agónico, de obligada brevedad, y mientras sus cervicales presentaban un insólito y acelerado detrimento en su naturaleza (que algunos científicos achacan a la creciente presión que ejerce la soga que rodea el cuello del propio penado) y antes de callar para siempre de un generoso regalo para la humanidad que debería incluirse en el acervo de la humana sabiduría bajo el formato de pensamiento brillante:

“¡Bajadme de aquí, hijos de puta, que me ahogoooooooooooo…..!”

6/FEB/2010

viernes, 5 de febrero de 2010

JARDINES EN LA SOMBRA

Existe un submundo que todos hemos conocido alguna vez, que conforma el alcantarillado mudo y no deseado, pleno de umbrosos pasillos y salas que se nos antojan tétricos. Pero ahora sé que en él hay miríadas de estrellas guiñando hermosos destellos de plata. Me refiero a los “hoteles blancos” Hace unos días mi pecho parecía querer decir algo, como si tuviera dentro unas de esas malignas larvas de la película Alien. No sólo eso, además los latidos del reloj que tengo en esa zona emitían unos pulsos completamente anárquicos, como si actuasen por criterios propios. Confieso que no era la primera vez que pasaba, pero se habían normalizado al cabo de un tiempo, esta vez persistían. De entre la vacilación de dejar que pasara el tiempo, como otras veces, surgió la determinación de esclarecer este misterio. ¿Estaba asustado? Quizás si, todo lo que tiene que ver con ese órgano que carece de hermano gemelo, abruma y preocupa. Seamos claros, ya tengo esa edad en que estas cosas pueden ser serias. Mi hermano con esa maestría insólita que sólo él posee, sin aspavientos, ni alarmas, me dijo que lo mejor era ir a urgencias. En el taxi, no hubo preocupaciones visibles, ni incluso temores. Aunque no se me crea, he de decirlo, el miedo cerval, ingobernable, no llegó a atenazarme. Sólo sentía algunas remotas náuseas, y una ligera opresión en el pecho.
En urgencias me tumbaron en una camilla, y llenaron mi pecho de ventosas. Me conectaron a un monitor como si fuera un PC. Números, en pantalla, pitidos... Yo aún pensaba en lo que iba a hacer en casa tras el inminente regreso. ¡Qué perniciosa costumbre esa de hacer planes!
El tiempo pasaba ¡y yo seguía tirado en la camilla!
¡Hummm.....! Me dije, “Mira que si resulta que tengo que estar toda la mañana aquí”.
Cuando me senté en la silla tras bajar de la camilla me dije “por fin” pero no, aquello no era el fin. No señor, no lo era.
-Ahora vas a vigilancia intensiva, donde estarás un rato largo.
“Joder, hasta la tarde no salgo”, escribí en el intangible pizarrón del pensamiento.
Fui conducido a través de un dédalo de pasillos y elevadores hasta llegar a la UVI.
En menos tiempo que el que se tarda en decirlo, las enfermeras me despojaron de la ropa y fui conectado a través de varias ventosas adheridas a mi pecho, a un monitor, en donde aparecía la cadencia de mis latidos. Apenas tuve tiempo de reaccionar, y cuando lo hice, ya recibía vía intravenosa cantidades dosificadas de suero. Me habían puesto esa mascarilla bifurcada a través de la cual una sutil cantidad de oxígeno se filtraba por mis fosas nasales rumbo al fuelle pulmonar, aunque en ningún momento pasé por estadio alguno de respiración dificultosa.
¡Joder que poco se necesita para que se líen las cosas!. La cadena espontánea formada por eslabones imprevisibles me iba remolcando a un puerto desconocido.
Finalmente reaccioné. “Esto es bueno, se despejaran las dudas y te quitarás esa losa que te lleva preocupando desde hace meses. Sólo has de tener paciencia”.
Sin otro pasatiempo que el de la mera observación, me di cuenta que podía, que debía, anotar todo lo que ocurría, este es el irreprimible vicio de todos a los que nos gusta coser las palabras. De manera que enhebré el hilo de aquella realidad en la aguja de la pluma y comenzó la costura. La idea me gustaba y además me ayudaría a pasar el tiempo.
Maribel y Charo miraban de tanto en tanto al monitor en que aparecía mi ritmo cardíaco.
A medida que el tiempo pasaba me fui dando cuenta que allí sí que había una circunstancia merecedora de ser reseñada aunque sea en la pequeñez de mi blog. Aparte de toda esa maravillosa maquinaria, que permite controlar el estado de cada paciente, con seguridad y certeza, cortesía de la cada vez mas sofisticada tecnología. Otro ámbito más primario si se quiere existe que merece con mucho la prioridad más substantiva. ¡¡¡El elemento humano!!!. Aquellas chicas que seguro que fuera de la UCI parecen gente normal, allí dentro se subliman, si hay cielo los ángeles deben parecerse mucho a ellas. Podrán creer que exagero, pero no es así. Lo cotidiano por serlo no tiene que carecer del aura de lo excelso. El impulso literario no es más que una búsqueda de la belleza. Siempre tuve la convicción de que esta es muy ubicua, está en todos lados, sólo has de buscarla.
Este escrito quiere ser un agradecimiento a Maribel (su codo lesionado no le impedía llevar a cabo unas extracciones de sangre no diré inocuas pero si soportables), Charo (al principio me pareció mas hermética e introvertida, pero demostró con creces, llegado el momento, que era afable y muy cariñosa en el trato). Flor, Pilar, Julia (una rubia que llena el espacio no solo con la cascada dorada de su cabello sino con unos movimientos precisos y muy dulces a la vez, cuyas carcajadas poseen ese metal especial por su música, que delatan su presencia aunque no esté frente a la mirada), Carmen (una morena vivaracha con una graciosa cola de caballo de la que presumo que es mujer de carácter y de una jovialidad clara para los que sabemos observar), Amparo, la internista que soportaba con estoicismo las inacabables ráfagas de mis preguntas, y si olvido alguna que me disculpe.
Esto solo pretende ser un homenaje no solo a su labor meritoria ya de suyo, sino además por otra cualidad que si puede hacerlas especiales. Como todas las personas seguro que tienen problemas, pero son capaces de dejarlos a la puerta antes de entrar para derramar una simpatía que no podré olvidar nunca.
Vuestro trabajo os define, vuestra simpatía os acredita.
La experiencia diaria a la que os enfrentáis, aunque sea habitual, merece el nombre de epopeya. No sé cuanto os pagan pero ¿Como tasar vuestra labor?.
Aquel lugar al que nadie iría ni a hacer turismo, ni de merienda a pasar una tarde, que está marcado por las sombras del dolor, el miedo, por la tiniebla de la enfermedad, cuenta con la mas poderosa iluminación ¡vuestra simpatía y afabilidad! Un negro cielo estrellado con cada una de vuestras sonrisas. Lo mejor de la condición humana alternando con la peor de las caras de la vida: el sufrimiento.

Desde que entré en aquel mundo, una sola ambición marcaba mi deseo: salir de allí. Pero a medida que pasaban las horas comprobé que nada hay absolutamente malo (ni bueno). Que de la misma forma que hay flores que crecen en los basureros, lo más hermoso del ser humano puede manifestarse en las condiciones más penosas. Sólo vosotras me habéis persuadido de que la experiencia, por nadie deseada, de visitaros, de veros en vuestra labor demostrando una vocación de ayudar, de ser útil a los demás, ha merecido la pena.
Tampoco quiero dejar de mencionar el otro pequeño universo, la sala San Vicente, a donde llegué procedente de la Unidad de Vigilancia Intensiva, con sus propios soles. Dos en especial. Una estrella poderosa, de luz decidida, rubia de cuya boca se derramaba un inagotable torrente de sonrisas, que mezclaba con inyecciones en la zona abdominal. Cada vez que entraba en mi dependencia dejaba tras de si, como hacen los cometas, una cabellera, una estela de alegría, generosa, contagiosa. Lamentablemente no puedo acá poner su nombre por que no lo pregunté, debí hacerlo.
Y dejo para el final a la morenita del Barça, la que no se acostumbraba a tutearme, la más jovencita de todas, dulce en el trato, delicada pero firme en su labor. Cada uno de sus movimientos era un verso, que rimaba con el anterior y con el siguiente, convirtiendo su trabajo en un eterno poema. Tampoco sé como se llama.
Gracias al páter por su fugaz aparición. Mi condición de ateo no me lleva a no valorar su afabilidad, y al celador Agustín cuyo madridismo no le impide ser como es, que es la mejor de sus victorias, en vez las del Madrid quien, como es sabido, siempre ha sido ayudado por los árbitros y la suerte. Pero este colchonero se alegró de conocerte.
Para quien se atreva a pensar que exagero que sepa que aún creo que me quedo corto.
Ah, otro nombre orbita en mi recuerdo. Cristina, rubia, otra de las estrellas del sistema multisolar de San Vicente.

Salamanca 5 febrero 2010.

Sabéis mi nombre, en la guía telefónica no hay muchos apellidos como el mío. Si queréis aclarar algo o cualquier otra cosa estoy a vuestra disposición.

domingo, 24 de enero de 2010

LA GARGANTA

Este post iba a ser un comentario al de Carmen.
Confirmo tus evocaciones. Como allí se dice "es terreno para animales de pezuña hendida". Donde la raza caprina fue la cabaña fundamental. Que se alimenta de los tiernos brotes de las zarzamoras, la vaina de la retama-escoba bravía, la hoja del castaño y cerezo. He podido ver caminos enroyados que desafiarían a cualquier sherpa del Himalaya. Estamos ante una campiña muy exigente en esfuerzos para dejar finalmente escaso rendimiento. Los mayores la trabajaron por falta de opciones, pero la juventud emigró masivamente. Esto ha redundado en un comprensible abandono de aquellas tierras. Decenas de caminos y veredas aparecen hoy completamente cegados por la intrusión de la vegetación parasitaria. Y una notable riqueza de árboles frutales solo goza ya de una presencia espectral que testimonia un tiempo caduco, en el que si recibió la labor precisa que dejaba infinitas banastas llenas de frutas de diverso orden. Melocotones, uvas, manzanas, peras o ciruelas trepaban a lomos de bestias de carga los caminos selladas con verdes helechos que recuerdan deliciosos aromas, muertos ya, y evocan épocas que el tiempo jamás devolverá.
El mismo pueblo perdió ya la endurecida piel de la piedra en sus calles, que le daba un aspecto costumbrista perdido. La funcionalidad de las calles enmoquetadas de cemento, le da un feo aspecto grisáceo y uniforme, precio que se pago para la comodidad de poder aparcar los vehiculo a la puerta de casa, en un trazado urbano que hasta hace un par de décadas jamás se vió hollado, profanado por las pisadas de esos zapatos que fabrica la Pirelli o la Firestone…….
No se puede negar que el alcantarillado, con la acometida del agua en las casas convirtió al pueblo en un lugar mas salubre e higiénico, aunque las casas de reciente construcción, mezcladas con las fachadas antiguas, le dan un aspecto caótico. La vivienda está mucho mejor protegida de la invernal visita del frío, molesto pupilo de antaño en la mayoría de los hogares. El pueblo que fue se retira poco a poco dejando espacio al pueblo que es, cumpliendo la mas universal de las leyes, que trasforma y muta todo……
24-enero-2010

martes, 5 de enero de 2010

ENSEÑANZAS EN EL AULA DEL PASADO

¡Ah señores, la vida! Y no diré más por que luego todo se sabe. Pero no lo olviden ustedes ¡la vida!, ¡Grande cosa es la vida! Y ya callo, amparado en mi proverbial prudencia. Encastillado en la ciudadela de mi discreción, me declaro inaccesible. Porque gente que, ganosa de acceder a mis archivos mnemotécnicos no vacila en aseverar mentirosas especies al objeto de que yo, mayor de edad y poseedor de los más sólidos argumentos acalle aquellas con la contundencia de éstos. Terribles conocimientos poseo y que nunca diré por mor de la estabilidad mundial. No señores, no seré yo quien atente contra el status quo actual desvelando la máquina de peligrosos entramados que comprometerían, sin duda alguna, el endeble equilibrio actual. ¿Por qué si no Koffi Anam, Benedicto XVI, Vladimir Puttin, o el presidente USA jamás visitan la pequeña localidad de La Garganta, de donde procedo y en donde resido? ¡Me temen! “Es que no tiene aeropuerto. Es que no reúne la infraestructura hotelera necesaria, es que esta alejada de las principales vías de comunicación” ¡Pamplinas! Todo el mundo se pregunta, ¿Cómo es posible que personajes de relieve mundial no hayan programado una visita oficial a mi pueblo, que cuenta con 600 habitantes, hasta tres carreteras con su raya en medio, y una cabaña caprina de más de cien unidades?. Resulta sangrante.-. Pues bien, saben que yo resido allí y que tengo muy malas moscas. En fin.
La vida, amigos, que dice que lo sabe que se originó por cierto calambrio, de etiología eléctrica, que hizo diana en determinado sopicaldo caliente (llamado así por sabios muy muy solventes) que produjo que éste se despabilara, originando el cual chispotazo un proceso que produjo la aparición de la ameba, que evoluciono a sabandija asquerosa, luego el mono y ya por último el hombre (explicado así, grosso modo, y para que se me entienda). La vida es un malestar (aunque en ocasiones no lo es tanto) que se cura con el tiempo. Pero que brinda también la oportunidad de conocer formas de existencia, afines biológicamente, pero diferentes en su “ethos”, es decir, en sus comportaciones y conductas. Personas protagonistas de episodios que desafían la inercia niveladora del tiempo, por que siempre sobresalen en el tejido de la memoria. Y no me refiero a celebridades históricas, no, sino a los que están engastados en lo intrahistórico, en lo cotidiano.
Ejemplos: el microcompañero de mis tiempos preescolares que se había diseñado su propia dieta alimenticia basada en la ingestión de gomas de borrar de toda forma y condición. Estoy convencido que la firma Milán que las fabricaba jamás contempló en sus estudios de mercado de su producto la existencia de un individuo que se nutriera de ellas. Pero quizás el hecho de que después las fabricara con sabor a vainilla o nata pudo ser un intento, por qué no, de complacerle. No busquen ustedes estudios dietéticos sobre los aportes calóricos o vitamínicos de las gomas de borrar, hasta el momento no se tiene noticias de ellos. La ciencia también tiene sus vacíos.
Otro ejemplo digno de aparecer en la casuística es el de Roberto, compañero de primaria que ha pasado a la historia por protagonizar el episodio mas asombroso que pueda presentarse a la humana contemplación. Aún se ignoran los motivos que fundamenten el “casus belli” que llevo a Roberto a ¡¡¡¡pintarse la barriga con un boli bic azul!!!. Haciendo un esfuerzo intelectual extremo, no lograríamos mas que llegar al terreno de la conjetura, la hipótesis: Tal y como existen otros misterios en el Universo (los agujeros negros, la existencia del alma, para qué sirven los domingos por la tarde,, porque si estas solo en casa y te metes en la ducha suena el teléfono o el timbre de la puerta,, o por qué los dolores de muelas empiezan los viernes por la tarde, y tantos otros arcanos aún inaccesibles) aquí queda un reto mas, ¿Por qué Roberto se pintó la tripa con un bolígrafo?.
Y ya el último. Lo realmente perverso es la reacción del maestro, viciado de suyo por la terrible pedagogía de la violencia, su reacción ante el asombroso hecho no fue otro que el de castigar con golpes.
Por azares de destino muchos de los compo1nentes de mi generación, en mi ciudad, en nuestra época de Instituto, y por diferentes motivos, tuvimos la oportunidad de conocer casi todos los Institutos de la ciudad. Estábamos inscritos en el Instituto Público Fray Luis de León, solo para muchachos masculinos (evidente tautología, pero necesaria según se verá mas adelante). Era el curso 1.974-75, y allí concurrieron veteranos que provenían del antiguo sistema de enseñanza, con nosotros que éramos los nuevos. Yo no destaqué por ser alumno aplicado y seguro que me hubiera ido mejor con las calificaciones si hubiera dedicado mi potencial al estudio, en vez emplearlo en locuacidad y facundia. Sin sólidos conocimientos que respaldaran mi discurso, era capaz de hablar durante horas sin decir prácticamente nada. Eso me dio cierta celebridad pero escasos progresos académicos. De haber invertido el tiempo en que emulaba a Demóstenes en el simple estudio hubiera pasado los cross sin problema, pero ¡ay la vanidad! de ser admirado en la oratoria pudo mas, pero esa es otra historia.
Pues bien los techos de aquel centro educativo no pudieron resistir la sabiduría emergente que contenían y se vinieron abajo, aunque el dictamen de los peritos achacó la ruina a una intensa nevada bajo cuyo peso cedieron las vigas. El caso es que nos asimilaron al Instituto Torres Villarrroel, ubicado en el extrarradio urbano. Muy alejado.- Tanto que se contrató una flota de autobuses para el transporte. Recuerdo al conductor descosiéndose de risa cada vez que nos aproximábamos a un cruce ordenado por un guardia de tráfico, cuando empezábamos a cantar aquella tonadilla famosa que decía “¡El guardia no tiene pilila…!” aunque este extremo jamás pudo comprobarse. Oprobiosa difamación. Pero las risas del piloto de nuestro transporte hubieron de trocarse en acaloradas protestas cuando los viajeros de la parte de atrás de aquel autobús articulado empezaban a saltar y los bajos del vehículo rozaban en la calzada. Contrastes. Finalmente se inauguró un nuevo instituto. El Mateo Hernández, en nuestro barrio mucho más cercano, y nos cupo la gloria de estrenarlo. ¡Jamás en mi vida pasé tanto frío!, aun no funcionaba la calefacción.
Pero ahora permítanme que vuelva atrás para contar que, además de todos estos centros por donde pasamos, a mi me tocó la oportunidad de conocer también el Instituto Femenino Lucía de Medrano. Con ocasión de no haber podido asistir a un examen en su día, para recuperarlo la profesora me citó en una de sus aulas. Ya en la entrada me chocó ver muchas hijas de Eva, hasta que finalmente mi poder deductivo dio con la solución ¡Ah, coño, este instituto es femenino porque está lleno de chicas! Otro mundo. Cuando entré quedé sorprendido, todo estaba limpio, había parterres con flores a los lados, todo bien cuidado. Pero sobre todo el aroma, acostumbrado a los olores a sudor y tabaco negro comprendí por qué Babilonia atrajo a Alejandro Magno. El ambiente estaba endulzado por los azúcares de mil colonias a cual más deliciosa, mil colores graciosísimos en carpetas y bolígrafos me deslumbraban con lindos tornasoles. No me era posible superar aquel examen. Y tengo argumentos sobrados. Primero mi compañero habitual del otro instituto no tenía una falda con una falla lateral por la que amanecía la más desafíante y hermosa pierna que se pueda concebir la más lasciva imaginación. La compañera de pupitre que me tocó parecía hija de Friné, o de Aspasia o de la mismísima Venus, heredera de la belleza de todas ellas. Además, miles de papelitos impactaban en mi cabeza desde todas las direcciones a la par que un número no menor de sonrisillas acompañaban al inocuo bombardeo. Deliciosos momentos que depararon un contundente suspenso.
El Instituto Mateo Hernández era de novísima construcción, sito en las afueras de la ciudad. Era preciso atravesar un descampado antes de acceder a él, ese páramo se volvía conflictivo cuando llovía. Aparecía como zona pantanosa, pródiga en insondables charcos y temerosos barrizales que escondían espantosas celadas al imprudente pie. Normalmente las alumnas se mostraban más reacias a afrontar el lodazal y preferían dar un largo rodeo en evitación de todo contacto con el barro, no faltaban algunos currutacos (llamados entonces niños-pera, que usaban una conocida colonia y unos abrigos verdes) que mostraban igual escrúpulo exclamando:
-¡Oigh que charco! Seguro que hay cocodrilos.
La grande mayoría se aventuraba por los bordes de la zona lacustre, poniendo especial cuidado en mantener incólume el lustre de sus zapatos y los bajos de sus pantalones. Pero si había un esforzado, un aventurero, un argonauta pragmático, que, sabiendo que el camino mas corto entre dos puntos era la línea recta, no vacilaba. Todo innovador tiene tarde o temprano un émulo.
- Neila, vamos que se echa la hora.
No me lo pensé dos veces. Aunque el instinto me obligaba a negociar los bancales de barro más sobresaliente con celo y cuidado, pude comprobar, con no poca sorpresa que a Bayón no le importaba pisar este o aquel barrizal sin la más mínima vacilación. Y es más, como era capaz de caminar por el denso paraje sin que la ilación de su discurso sufriera la más mínima merma. Determinación. Lógicamente en sus pantalones y botas se llevaba a casa o a clase dosis mayores de planeta que los demás. Peor parecía un obligado precio a pagar completamente asumido.
No nos engañemos. La determinación volitiva de un individuo que sabe lo que tiene que hacer resulta admirable y hasta tranquilizador. Tomar decisiones, esta es la clave. Por muy serio que sea el desafío que el barro de la vida nos pueda oponer circunstancialmente, la decisión y el valor, una vez asumidos aleccionan y reconfortan y el lodo que se adhiere es un precio a pagar que debe ser afrontado. Tal puede ser la moraleja, ya es algo descubrirlo, algo mas resulta intentarlo y conseguirlo es lo máximo.
Martes 5-enero-2010