domingo, 30 de diciembre de 2007

SE BUSCA ANZUELO

Son las personas que se niegan a pisar nieve ya hollada las que saben a donde van. En el instituto, mi amigo Bayon me atrajo por eso. Para llegar al él había que franquear entonces un inmenso lodazal vivo en los días de lluvia. La grande mayoría prefería dar un largo rodeo por un acceso alquitranado habilitado exprofeso, poniendo extremo cuidado en no mancharse. Pronto adopte el sendero de Bayón. Mientras nuestros pasos se tragaban la distancia que nos separaba del Instituto, Bayón me hablaba con absoluta normalidad. El barro se adhería a nuestras botas como el infortunio a la vida, con esa pringosidad que obliga a apelar a los stocks de resistencia y dar un taconazo en la vida para que se desprenda, sin conseguirlo muchas veces. Pues mi amigo Bayon aun estando metido en un inacabable lodazal no perdía capacidad de conversación, solo los heresiarcas hacen cotidiana su discrepancia. A pesar de implicarme como epígono, y al contrario que el heresiarca Bayon yo intentaba seguirle pero no podía enajenarme del instinto de conservación que me impelía a negociar los charcos o las peligrosas rampas. Es más fácil cuando la iniciativa y la responsabilidad son asumida por otros. El ser humano es gregario por naturaleza.
Bayon no era líder de masas pero sí de si mismo y esto suele bastar. En una protesta estudiantil que es río en cuya corriente se deja caer la mayoría, que mantiene la espuma de su militancia a base de la indolencia adolescente, superficial e inherente a las primeras improntas de la identidad, jovialidad y superficialidad pudo verse su proverbial singularidad. Mientras la masa protestataria dirigía su estrepitoso caudal hacia el centro urbano, entre consignas fáciles, mi amigo transitaba por el afluente rebelde y contracorriente en busca de la sierra, como solazándose en sus orígenes. Discrepar también implica el compromiso espacial de ir a la inversa, que llama poderosamente la atención ajena, provocando generalmente comentarios desaprobatorios que esconden una velada admiración
Es esa rara especie de los verdaderos discrepantes. Los Giordano Bruno, Galileo, Oscar Wilde o Charles Chaplin.
Una amiga muy especial, de reciente adquisición, forma parte de esa etnia, sus creaciones llevan la divisa de los rompe cánones. Se señala por su rebeldía y resistencia a no despreciar ningún recurso que sirva para vehicular la vena artística o quizás no, puede que sea justamente todo lo contrario, el arte utilizado como medio de expresión El arte no solo es forma o plástica, quizás sea nada mas el mas hermoso lenguaje tributario del mensaje, de la idea, la reivindicación, la llamada o el testimonio. Y cuando el contenido desborda el sistema de irrigación que la sociedad preparó para canalizar las singularidades, esas inundaciones suelen ser cuestionadas. Algún día me dirás, pequeña hereje, porque los seres humanos que acuerdan reglas de convivencia tienden a condenar ciertas improntas humana dentro del corsé del tabú, por qué individualmente somos mas lúcidos y por qué lo masivo renuncia a esa capacidad analítica . En todo caso no me arrepiento de haber mordido tu anzuelo, aunque presumo que el ser como eres, el expresarte como te expresas, te ocupa tanto que no lanzas anzuelos a nadie de forma deliberada, que te basta, te alecciona saber que no te mientes a ti misma, que ya es muchísimo..En mi caso admito que pude atar el sedal en uno de los dedos de tu pie, que yo mismo puse el pequeño gancho y que mordí, como una pieza que desea ser cazada. Y que cuando salí de las aguas de tus poemas y pase a la cesta de tu capital humano pude ver que había mas, mucho mas.. Todo el que discrepa sabe porque lo hace. Con la sinceridad que a veces supuso finales terribles para el que no comulga. La duda es desde luego la mayor de las certezas humanas. Pero cuestionar lo consagrado como axioma inapelable, eso que lleva el pomposo nombre de canon, obliga a pagar el impuesto de la incomprensión primero, más tarde el desprecio y finalmente la condena. La conveniencia es pura estática y la discrepancia, sobre todo la individual, se mueve con pulsos dinámicos. La grandeza del pensamiento griego esta no en su desarrollo solo sino en la capacidad que tuvieron de desembarazarse de los barrotes de universo propuesto por lo cultos y problematizarlo, desafiando al logos (la razón) humano. Ese fue el tejido de su discrepancia. Es ese el modelo si no a seguir si a admirar, liberarse de los grillos de tradición compulsiva de la moral cristiana y ponerse medias con adornos barrocos, diferentes, penetrando con impulso propio, aislándose de un entorno restrictivo, y describiendo lo que siente con la honradez más virginal, más liberada, más genuina. Ello pasa forzosamente por pisar la nieve que jamás beso pie alguno.
Peor la actitud humana es acomodaticia por defecto, entrópica por inercia. El logos no compromete solo a la naturaleza racional, exige además otro compromiso, el de la constancia y el esfuerzo. El concepto de Dios no es mas que una ilusión masiva, como dice Paul Jonson, un mundo primario y fácil, y las supraentidades que caracterizan a los cultos no son mas que prótesis mentales ideadas, diseñadas para evadirse del compromiso de plantearse el universo como un reto, aunque otro agente hay poderosamente humano, el miedo. Es mas fácil atribuir una erupción volcánica a una supraentidad colérica que embarcarse en estudios geológicos Aliviarse de ese miedo es prioridad máxima, prioridad irracional, porque Dios es irracional o arracional. Como la más fácil alternativa el culto religioso no propone sino que impone su hipótesis, paradójicamente de forma compulsiva y excluyente, Una propuesta cosmológica que no soporta contratación alguna se presenta impositiva. Ahí radica la perversidad del culto, sobre todo si es monoteísta, la imposición resulta agobiante. No pienses, no analices, solo cree.

DOMINGO 30 DICIEMBRE 2007

miércoles, 5 de diciembre de 2007

FUNERAL DE ILUSIONES

FUNERAL DE ILUSIONES


Dicen que la metempsicosis o metamorfosis, de ser cierta, que ese sería otro tema a debatir, representa un tránsito a otra existencia que viene determinada en su índole en función de la calidad de sentimientos, de la naturaleza de comportamiento exhibido en la precedente. Recuerdo a una chica un tanto especial, de raza hindú, pero sujeta a las más universales de las pasiones, que en eso al final todos somos sinónimos, afirmando con una naturalidad pasmosa que en otro ciclo vital había sido ciervo. Extremo que me servía a mi de soporte para la ironía, abundando en semejante teoría, imbecilizándola, y simulando creerla por ser asunto este de lo mas común. Aunque su poderoso cerebro hindú, realmente notable, notaba enseguida mi incredulidad. Y me reconvenía.
-Pedrito la religión es el bastón que te ayuda a caminar en la oscuridad.
-Pequeña muñeca (“little doll” para los lectores avezados en la jerigonza de Sespir) asiática, te equivocas. Es la religión la propia oscuridad.
La diferencia que media entre mi apreciación personal sobre lo que fueron las Navidades allá en la infancia y la metempsicosis que las ha hecho cambiar diametralmente. Estas fiestas están impregnadas de engaños e hipocresía. Algunos de los primeros forman parte de cierto encanto fantástico lamentablemente caduco
Ya. Pero ¿realmente hay quien se cree mejor persona de lo que es?, n me hagan caso porque la pregunta esta mal planteada. ¿Realmente hay quien no se cree mejor persona de lo que es?. ¡Ah, la vanidad es el intransferible sastre que nos hace vestir los tejidos de la presunción y nos persuade de que semejante indumentaria se adapta a nosotros de forma impecable!. No hay mejor ciego que el que no quiere ver. Pero el ultimo ámbito nuestro, el inconfesable, el de residencia inapelable en nuestro yo mas sincero, resulta inclemente en los mas humanos raptos de conciencia de una realidad solo sospechada.
Quizás la mimetización integral sea una quimera porque debe haber algo en nosotros que no se presta a que el engaño sea completo.
Resulta detestable que las Navidades invoquen a lo mejor que tenemos en nuestro patrimonio humano solo por unos días. Porque en buena lógica esta debiera ser disciplina continua y pactada con nuestra existencia. Ser bueno por compromiso social s ser necio por juicio universal. Con el agravante que supone la mezquina consciencia que confirma semejante mezquindad.
Confieso pertenecer a ese angustioso colectivo que se ajusta a la ética diseñada que depara una bondad forzada por puro esfuerzo intelectual, por sesudo descarte de todo detrimento moral... Me resulta costoso ajustarme a una ética de disciplinada vigencia que conforma quizás el posible merito de mi conducta.
Los conceptos filosóficos suelen carecer de una definición oficial y universal categórica e incondicionada. A nivel personal esta imprecisión conceptual, estas definiciones multiformes y subjetivas me han producido alguna zozobra en mi posible visión del universo. Si la teoría afirma que un diccionario (el burdel de palabras y conceptos) es un instrumento de precisión, que permite ajustar el lenguaje de modo solvente lo que se quiere decir al modo de decirlo, con los diccionarios de términos filosóficos ocurre muy otra cosa. En vez del esclarecimiento del concepto por pura selección se encuentra el infeliz consultante con un desolador piélago de definiciones ninguna de ellas descartable, que conforma un nutrido conjunto de pareceres subjetivos que constituyen una panorámica objetiva del concepto. Semejante fenómeno puede ser trasladable a otros principios más adyacentes y universales. Por ejemplo la vida. Como ahora mismo me siento saboteado por ella me apetece significarme, me da la gana de poner un punto y aparte y lo pongo sin respetar las leyes de la expresión escrita. Hay que hacerse notar como sea.
Os hablaba de la vida. ¿Hay una vida como concepto genérico o hay tantas como usuarios? Este es realmente el quid, La vida entonces como principio pasaría a ser un concepto digno de un diccionario de filosofía por su imprecisión, por su difusión. ¿Interactúa ello como agente disolvente a la hora de precisar su aclaración de forma categórica e inapelable para aleccionar a las masas?. Es posible que si. Realmente lo que necesitamos son axiomas fijos en los que apoyarnos? Creo que en el fondo es lo que deseamos, tener las cosas claras. ¿Son los filósofos y pensadores unos tocapelotas? Si, así lo creemos. Su amor al conocimiento solo a venido a complicar las cosas. La gente, que solo esta obligada como mucho a la mediocridad, no es receptiva cuando el saber se manifiesta con registros tan elaborados. La vida que es team que atañe a todo el que la ejerce si merecería quizás una definición más universal y elástica que pudiera amoldarse a la experiencia individual para satisfacción general. El concepto de dios no pasa de ser, según creemos otra cosa que el contraveneno del relativismo. Dios es popular quizás por eso por que ofrece santuario para todos, Dios asume la responsabilidad de Todo con mayúsculas, de ahí su éxito. Es el clavo ardiendo al que las almas menos sofisticadas se agarran como alivio. La tranquilidad que ofrece la certeza, siempre artificial, de saber que hay alguien a quien achacar la autoría de las cosas. Particular resulta que los cristianos hablan de responsabilidad o autoría de las cosas, nunca culpabilidad. Quien sabe, quizás lo hacen para que les dure el invento.
Pero volvamos al propósito inicial de este texto divergente. Las Navidades. Lo diré a lo celtibero, es el atentado mas cruel a la soledad forzada, que es la peor de todas ellas. Primar a la baja el desarraigo, el fracaso, la tribulación. La espantosa y estremecedora película de la soledad tiene la mejor banda sonora original en los villancicos.

Las Navidades despiertan ya en mí una especie de alma de contable. Tiendo maquinalmente a buscar la soledad y hacer balance del año que agoniza, e incluso me atrevo con las predicciones. Pero no vean en mi un echador de cartas, se lo ruego a ustedes, porque mis predicciones no tienen grande mérito, son tan genéricas que no ofrecen compromiso especial, mis descubrimientos son de oficio. Se que tendré que luchar mas que los demás para conseguir menos. Eso es todo para mí, muy poco para los demás. Solo hay un sector muy específico de mis amigos que lo entenderán. Entenderán la grandeza de nuestra minúscula lucha a los ojos de los que no llevan el alien dentro. Es inútil tratar de explicarlo a unas personas afortunadas que ni quiera saben que lo son.
Acabada la cena de un cinco de enero en un pueblo perdido de la sierra de Béjar, en la que la estrella había sido mi abuelo, con esa gracia no buscada implícita en un modo de expresarse inusual. La forma de decir las misma cosas puede hacerlas mas o menos atractivas. Pues bien me bajé a la puerta del garaje, a cobijarme en la ergástula amena de la soledad elegida. Mientras la noche polar mezclaba mi aliento con las volutas del tabaco remontándose al escaparate de la joyería sublime de un cielo invernal pródigo en su exposición de joyas de plata, de fría plata. A mi la cúpula celeste siempre me sugiere tentaciones de fusión con ella, como esos ofidios que hipnotizan a las aves y acaban cazándola. Croe que solo responde a un deseo soterrado de huir de la realidad, mi realidad, pero ese es otro asunto. Ya me disponía a ponerme la visera de estadístico dispuesto a ajustar balance, haberes y deberes, plusvalías y deficiencias. Algo reclamó mi atención. El cortejo no báquico de la cabalgata de los Reyes Magos. Tres caballos de carga, diseñados para otras labores mas cotidianas, de acarreo y transporte de lomo tres caballos tristes, porque no decirlo, de testuz cansada y mirada muda de brillo vital. Aparecían con algo que asemejaba gualdrapa de rico tejido (sólo simulación ¿eh?), enjaezado con los mejores arreos, que no eran muy vistosos. Formaban el atrezzo de la gran ilusión infantil. Alguna hilaridad me produjo descubrir que los Reyes Magos estaban suplantados por tres conocidos sumamente voluntariosos. Pero ¿que importaba semejante superchería se estaba al servicio de hacer caer en el encanto a la micropoblación infantil?. En ocasión el fin si justifica los medios. Los tres reyes magos asemejaban un cometa que arrastraba una estela de niños y niñas con el brillo del entusiasmo chisporroteando en las hogueras de mil miradas. La estampa curvó mi boca hacia la sonrisa limando las aristas de una vida ya desengañada, refractaria a formar parte como sujeto directo de sincera implicación en el evento, mi vida. No podemos aspirar ya a estas alturas a protagonizar semejante papel que exige ya una candidez, una abdicación de la realidad que no transige con la imposible inercia de una infancia muerta por la madurez. Fije pues la mirada en mil sonrisas inmediatas, e invertí mi atención en mil carreras, algún inopinado lloricio, elemental entre semejante microfauna. Experimentando una coparticipación pasiva en felicidad y lejos en credulidad. Cuando vi al rey Baltasar imposible me fue reprimir la carcajada. Se trataba de German, uno de los hijos del alguacil de este pueblo, con la cara embetunada y meritoria voluntad, iba regando con caramelos la infantil estela. Justo cuando pasaban junto a mi casa, pudo oírse una inesperada amonestación emitida por un muñeco de tamaño liliputiense: “¡German, cabrón, tira caramelos aquí también!”. Decididamente los tiempos son muy otros. A ninguno de nosotros, en nuestra lejana infancia, se nos hubiera ocurrido llamar cabrón a su majestad el rey Baltasar porque nuestro Rey Baltasar era efectivamente el rey Baltasar, el que venía de Oriente, de un lejano reino. Pero si se piensa bien, se llega a la conclusión de que a día de hoy nada es lo que debiera ser o al menos como fué. Todo esta desvirtuado por el exceso... Nosotros solo recibíamos juguetes el 6 de enero, y el resto del año estábamos al verlas venir. Formaba parte de la magia. Dormía en un sencillo cuarto con dos camas, con mi hermano, con paredes austeras adornadas sólo con alguna estampa de algún santo, un armario primario y una bombilla de 20 vatios que lloraba unas miserables gotas de luz mortecina, el resto quedaba a cargo de la ilusión que es poderoso foco instalado dentro de nosotros. Y aquí radica la diferencia con los tiempos que corren. La iluminación interna. La abundancia ha desvirtuado el espíritu. Los dormitorios infantiles de hoy están atestados de jugueterías de toda índole y condición, por ello el entusiasmo murió.
Nosotros nos hubiéramos callado si no nos hubiesen llegado los caramelos del gran rey Baltasar, ¿Cómo enfadarnos con él si solo venía una vez al año?. Ahora están encarnados por hijos de alguaciles que además son cabrones.
La Garganta, miércoles 5 diciembre 2007

lunes, 5 de noviembre de 2007

CÓMODO AUN VIVE

En un sudario de curvada arena
dicen que la muerte acecha
solo raudales de sangre
muerte vestida de fiesta
la manos hablan chocando
rugidos de plebe insaciable
a las cinco muere lo bello
nobleza y musculo negro
espada, tabaco y oro
sangre seca en el dorso
raices de flores que matan
se hunden chupando la savia
la vileza de filos forjados
un universo de ojos
arpegio de salvajes aullidos
moneda indigna
mercadeo de sangre
hemorragias de prosaicos rugidos
salvas y resplandor de manos
reflejos de barbaraie
A las cinco de la tarde
el sol empuña el cálamo
escribe en letras de fuego
una indigna hoguera
brasas rojas y pedrería
El beso imposible
la belleza tiene una fresa en la boca
la muerte labios yertos
susurros intrusos
bestial vocerío
aplauden las estrellas sucias
mientras un sol negro agoniza
solsticio de barbarie
y encanallado ocaso.
La hermosa testuz
Cabecea su final
Y nauseabundos paladares
degustan cuajarones de rojo sin vida

Este es el homenaje al circo de Cómodo que persiste en una de las mas detestables tradiciones que cuestionan la evolución humana. Espectáculo violento, sangriento y mortal de suyo que encanalla la conducta humana.. Institución y degradación que tiene categoría de Fiesta Nacional y que avergüenza a muchos.
En recuerdo a todos los animales masacrados en festejos populares sangrientos, contra todos esos espíritus que vinculan las fiestas patronales a la tortura de animales y comprometen el desarrollo del ser humano.

Lunes 5 noviembre 2007

sábado, 3 de noviembre de 2007

el bucle

Como en el mundo ha de haber de todo, según imperativos naturales, ¿Qué quieren ustedes que les diga? ¡¡También hay gente sana!!.. Complicado es disertar sobre esta rara especie. La salud les saboteó la oportunidad de saber apreciar la grandeza de las pequeñas cosas de la vida. Es una cruel mutilación aunque normalmente carecen de la capacidad necesaria para saber apreciar el alcance de su fortuna.
Dicen que la única forma de valorar lo que se tiene pasar por haberlo perdido. El parkinson es agencia de aventuras que hace que lo obvio, que lo asumido, lo irrelevante se convierta en obligado tour lleno desafíos. Entonces comprendemos que el devenir normal puede transformarse en una cadena de retos que están terriblemente adyacentes a la humana condición. Pero cuando ese descubrimiento resulta desenmascarado es demasiado tarde, la alternativa desaparece para dejar paso a una única opción.
Desteto y a la vez siento la conmiseración ante ciertas formas de vida, reos de la peor enfermedad que puedo concebir, el patetismo, que necesitan cualquier soporte, por indigno que sea, para focalizar su miserable entidad, un minuto de gloria bien vale un reino. Alternativa que es contemplada como trampolín idóneo pese a quien pese y caiga quien caiga. Eso de ofrecerse como modelo de triunfo es fuerte seducción para las existencias planas.
J. se presento en mi casa
-¡Marta! (mi abuela) Vengo a por tu nieto
Me llamó con notable descaro y osadía, retrepado en la miserable solvencia de un existencia muda de brillos en lo personal.
De mi mundo de sombras, desde la penumbra del miedo, donde me escondía, intentando enajenarme de un mundo que me superaba en lo mas primario, aspirando a mimetizarme con la sorda conciencia de culpabilidad que me agobiaba, aparecí, quizás en un rapto de valentía que nadie podía valorar. No hay gloria ni honor en tratar de dar la cara ante aquel, lamentable sujeto, un imbécil que no merecía mas que la puñalada pasiva del anonimato. Me asomé por la baranda de la escalera y me apoyé en ella. Recuerdo que por aquel entonces siempre debía apoyarme en algo.
-Pero ¿Es que no vas a ir a la capea?. No te va a pasar nada hombre.
-No mira, a mi no e gustan los toros y...............
¿Qué les parece a ustedes?. Con todo lo que me pasaba, con éso que estaba destrozando mi vida, venía este necio a asegurarme que con él estaría a salvo. El patetismo parece inherente a las entidades huecas de interés. Por supuesto él no se mostraba interesado en conocer de forma pormenorizada el alcance de mis limitaciones, a nadie le importaban lo mas mínimo. Se generosidad procedía la inmensa saña de vehicularme para su lucimiento, ese era su único agente causante, utilizarme para pasar a la posteridad. Que personas tan vacías aquellas que no dudan en promocionarse a costas de terribles tragedias, la mediocridad impone ambiciones inasequibles. En el fondo los mezquinos nos necesitan por que somos, en nuestra espantosa existencia, nada más que tampones o compresas que difícilmente contienen la menstruación de su ego. Sangre purulenta y anémica de valores personales. La mediocridad irrumpe con fuerza cuando encuentran víctimas que carecen del temple para presentar batalla al patrimonio pasivo nunca apreciado de caminar bien, de poseer habilidad manual, de la falta de rigidez, de la ausencia de temblor, del no bloquearse. Porque esa subraza, camina sin problemas, monda las patatas con rapidez, que no cambia de postura, ¡¡¡que sabe cruzar las calles!!!!.
J. siguió luciéndose en su pasarela, pavoneándose con aquel falso interés. Estuvo aún unos instantes cebándose conmigo.
-No hay que encerrarse coño. Eres un poco cobarde.
¿Para que tratar de explicarme? ¿Para qué decirle que mi equilibrio carecía de cimientos, que la rigidez hacia que me encorvara, que mis temblores me desanimaban? ¿Que por mi boca salía un débil hilo de voz apenas audible? ¿Que aunque no hiciera nada un pegajoso cansancio masacraba todas mis ilusiones?
Cuando agotó las posibilidades que yo le ofrecía para su lucimiento, hizo un gesto de desanimo en su meritorio esfuerzo de enseñar como se debía vivir a un ingrato como yo. Y se fue, después de todo él lo había intentado, pero con cobardes como yo todo es inútil. Seguro ya de haber intentado aleccionarme y del fracaso que suponía el que yo me negara a plantar cara a mi vida que era bien distinta de la suya, y persuadido de que si le hubiera tocado a él nunca se hubiera acojonado, decidió acabar con su labor misionera, desees de todo tenía prisa, iba dar comienzo la capea del pueblo en fiestas, asunto de máxima prioridad. Las fiestas masivas no requieren intelectos selectos . Pero aquella vez J. Quiso comenzar con una buena accion. Redimir a un cobarde, no lo consiguió por que hay cobardías extremas como la mía.

Pasando el tiempo, hace bien poco J. Volvió a aparecer por mi casa acompañado de otra joya familiar para ver a mi padre en decadencia ya. Estaba en la habitación contigua, me saludaron desde lejos. Pude oír las soberanas estupideces que so capa de consejos le daban a mi padre. “Hay que moverse un poquito, debes andar mas”y el otro terció con muy parecida omnisciencia ¡“hay que comer mas cojones”!. Claro el hecho de que mi padre camine con paso cortito y vacilante en sus oz no es relevante, como tampoco lo es el que padezca inapetencia medicamentosa, no es importante.
Mientras yo afilaba la espada meticulosamente harto ya de tanto agravio, en cuanto vinieran a saludarme iba a decirles cuatro frescas cuatro tajos que hicieran daño. Porque ya no soy el mismo que no quiso ir con el a la capea., por obra y gracia de la levodopa. Pero no se, se fueron sin entrar donde yo estaba. Una pena.
Pobre gente sana, son como arietes, embisten con el privilegio de no tener limitaciones creyendo poder destruir puertas que no conocen, tienen el tesoro de la normalidad, pero están condenados a no saborearlo.
Somos piedras que no sobresalen del empedrado por arriba sino por el subsuelo, nadie lo puede advertir, en el firme, por arriba, dejamos el socavón que todo el mundo esquiva o evita.
SABADO 03 NOVIEMBRE 2007

sábado, 27 de octubre de 2007

MIRANDO ATRAS

JUEGOS DE INFANCIA
Como todos soy víctima ocasional del bibliotecario siniestro que gobierna con criterio propio y a mis espaldas los anaqueles de ciertos recuerdos. Si una persona cerebral pasa por ser fría y calculadora. En el negociado del bibliotecario llamado inconsciente todo escapa a ese control. Si paradójico es que la ecuación de la relatividad universal contenga en su enunciado una consatante, mas lo es que la víscera de la humana inteligencia albergue en su estructura un recinto en el que la consciencia brille por su ausencia. Esta claro que los extremos conviven en ámbitos adyacentes.
Un sabor, una fragancia, un color, un tacto o un sonido inadvertido sirven para poner en primera escena un episodio insólitamente olvidado. Pero hay otos episodios en nuestra existencia que quedan indeleblemente bordados en el bastidor de la existencia. Como los juegos de la infancia.
PASADO TURBIO
Ya desde que senté plaza de nanohumano que es lo mas bajo en la administración temporal del humano devenir, y merced a una sólida formación audiovisual recibida a trabes del aparato de televisión (series inmarcesibles como “El Virginiano” o “Bonanza”) y algún que otro deleznable western contemplado en las salas de proyección del Cine Ideal previa visión de NO-DO y música de Adamo el de las manos en tu cadera y el mechón de tu cabello. Enseguida gustóme darle al gatillo, específicamente lo mío era el exterminio de los indios. Esos que siempre morían por el simple hecho y la simple razón de ser los malos. ¡Ah aquella maldad! ¡Cuán sencillo era de ubicarla!. Los malos eran los indios ¿por qué? Facilísimo de responder ¡Eran malos por que eran indios!. Me gastaba yo por entonces muy malas moscas y aquellos canallas me buscaban las vueltas nada menos que secuestrándome a la chica del grupo. Díganme ustedes, ¿Íbame yo a quedar tan tranquilo mientras aquellas alimañas cometían semejante tropelía con Merceditas?, por amor de Dios, ¿Es que no merecían aquellas etnias levantiscas y facinerosas que alguien como un servidor de ustedes les sentara la mano como merecían?. Yo era pacifico hasta que se me tocaban las narices. Imagínense ustedes los excesos que cometerían a buen seguro con Merceditas quien como ya supondrán ustedes era señorita de buena familia, pía y hacendosa. La designación entre los que iban a hacer de indios era la obvia, los mas guapos y buenos éramos los americanos (espantoso latrocinio histórico porque en esencia eran los indios los verdaderos americanos, pero ¿quien reparaba entonces en tal minucia?), y aquellos de la pandilla peor encarados, obesos, feos a la postre no podían por decoro menos que encarnar a aquellos salvajes. Tuve que dar muerte a muchos de ellos porque lo merecían. Habrían de pasar muchos años para que Kevin Costner demostrara para siempre que hubo una orgullosa cultura, pletórica de valores y modelos).
EN BIEN DE LA CIENCIA
A mi etapa de cazador de indios siguió mucho mas acorde con mi naturaleza, Me entregue por la ciencia en bien de la humanidad, de forma desinteresada monte una consulta de practicante. Y pronto mi denodada labor me creo un sólido prestigio que redundo en una selecta clientela siempre femenina que acudía a mi consulta al objeto de inyectarse boticas de toda índole almacenadas sólo en las estanterías de la mas singular apoteca ubicada en las calles de mi imaginación. Yo era un facultativo de unja generosidad sin parangón posible con todos los galenos de la autoridad facultativa. Jamás me interesé por el cobro de cheques en igualatorio alguno, la burda materia, versus dinero, no formaba parte de mi esforzada aportación a los logros de la ciencia. ¡No señores! , lo digo utilizando como caballete mi sinceridad más verídica. Nunca fui interesado. Aquellos tiernos culos lo eran todo para mi, fíjense mi sinceridad que me emociono al contarlo, siento como si un boloncio obturara le trafico de mi esófago al pensar en ello. Pero la condición humana es insólita, amigos. ¿Cómo creen que se me pagó ese desinteresado desvelo por la salud de mis vecinillas?: ¿Acaso piensan ustedes que se me rindió público y merecido homenaje? ¿Qué la corporación municipal, de Leganés recibió firmas en apoyo para que se pusiese m nombre a alguna calle, por periférica que fuese?. Varias lechuzas, madres de algunas de mis clientes pusieron el grito en el cielo al conocer de mis actividades. Este ha sido el sino histórico de la labor científica, la incomprensión aliñada con la envidia, la incomprensión guisoteado con la soberbia. Esas urracas disolvieron mi consulta, como aquellas masas que despedazaron a Hipatia. Espantosos dicharachos hube de soportar, los sinvergüenzas, bribonazo, y aun salido brotaron de aquellas bocazas profanas, legas en saberes, en forma de punzantes saetas, ávidas de traspasar mi vocación de mártir. Desde entonces mi consulta perdió en afluencia de bonitos traseros y ganó en la desolación que produce vegetación parasitaria. Ningún glúteo se expuso ya a labor facultativa. Y yo, asqueado de la humana ingratitud, de la ponzoñosa envidia de los espíritus cicateros. Abandoné mis investigaciones.
MACEDONIA DE QUEHACERES
También fui torero, con palo de escoba y trapo rojo, ante cornúpetas humanos, eso si. Que deleznable cultura aquella que induce a los críos a emular a sus mayores en sus manifestaciones, sobre todo en aquellas que debieron haber caducado en la evolución al humanismo (¿lo oye usted Velez?). Que detestable país aquel en que algunos padres inician a los hijos en el mas bárbaro espectáculo, henchido de sangre y violencia. Vean ustedes como la herencia del más extraordinario imperio que ha dado la historia aparece también manchada. El circo de Cómodo, salvaje costumbre para solaz de una plebe degenerada, aun sobrevive en la Hispania con el presuntuoso nombre de “Fiesta Nacional”. El que ha visto el Puente de Alcántara o el Acueducto de Segovia, como un servidor de ustedes, no puede por menos que maravillarse anta la extraordinaria intemporalidad de la ingeniería romana, sillares que desafían el paso de miles de años, arcos de eterna pervivencia. Arte y utilitarismo sublimados e íntegros al paso del tiempo. Nada hay comparable a la aportación Roma, en arquitectura, en cobertura legal de corpus legislativos que aun son materia de estudio en las Facultades del Derecho. En inextinguibles caminos de empedrado aun vivo. Pero nada “es” absolutamente bueno amigos. Lo perverso también puede atravesar la vegetación de la historia. Y a día de hoy tenemos que soportar esos mamarrachos de valentía primaria e innegable que basan s éxito en cierta destreza de sus cuerpos nada meritoriamente jóvenes, que basan su éxito en su arrojo. Eso es lo que aún excita al populus. El arrojo vistoso del solsticio de la vida, la juventud. Cuantos desafíos mas importantes hay que pasan inadvertidos, ese parapléjico que ha de enfrentarse todos los días a su silla de ruedas o ese enfermo de Parkinson tan débil y cobarde que ni si quiera sabe cruzar la calle. Y que premios tan diferente se llevan, lo pies ligeros de un joven matador de toros (¡¡matador de toros!! ¡¡Excelsa profesión!!, finalizador de vidas) que merece los lauros públicos de valiente y arrojado frente al que titubea en una calle, tiembla en un autobús o se arrastra por las calles estos son la basura, el lumpen, a los que le caen apelativos tan cariñosos de borracho o drogadicto. El populux no escruta, no inquiere, solo vibra ante lo vistoso, lo otro no interesa. Grandes valores no cabe duda. Por eso caminan, aunque se declaren ecologistas y progres, rumbo a la plaza de toros, gigantesco plato de sangre, por que quiere ver aquello de lo que carece, el valor, y deleitarse ante al llamada primigenia de la efusión de sangre.
Los taurófilos pondrán todo tipo de argumentos para ocultar que son capaces de pagar para ver sangre. Hablaran de una raza de toros creada para ese espectáculo. Hasta llega su perversión, su afición a la sangre y la violencia es tal que han sido capaces de crear el soporte animal preciso. Como Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como.
Y como epilogo refiero ahora no una actividad profesional de mi inquieta infancia sino un penoso episodio de corte verídico.
Allá por las tiernas edades mi hermano y yo cortejábamos con la seriedad debida del caso a nuestras dos microvecinas Merceditas y Petrita. EL galanteo se sustentaba en una especie de Olimpiada floral que consistía en la máxima recolección posible de un floripondio amarillo cuyo nombre se filtró por los desagües del pasado. Petrita se forjó sus ilusiones, Petrita se veía coribante con su cesto henchido de vistosos motivos florales, Petrita construyó castillos en el aire almenados de fragantes pétalos, de copas de cristalería vegetal, pero Pedrito era un ser humano sólo, Pedrito contaba solo con un par de manos a juego, Pedrito era falible. En plena competición cuando ya tenía en mi mano obra de diez o doce unidades, se me ocurrió mirar a mi hermanito y rival, parecióme que s eme venía encima media bóveda celeste, me llevaba una ventaja de uno a diez. Cuando la prueba acabo, Merceditas saltaba como un gorrioncito pletórica de triunfo y flores, mientras Petrita sorbía en amargo néctar del fracaso, desolada pidió a su mama profesar como novicia ursulina. Desolado, amargado, aunque había quedado segundo, sentéme desesperanzado, roto, quebrado por los acíbares del destino, insensible a toda manifestación exógena. Sumido en los grisáceos océanos de la desdicha, no reparé en el lugar elegido para el asiento, inofensivo agujerito en la tierra que escondía espantosa marabunta de insectos infatigables. A pesar de las pertinentes investigaciones ordenada por Naciones Unidas, nunca se pudo fijar el momento mismo de la invasión flagrante. Ser cree que tropas de élite franquearon ilícitamente la frontera como avanzadilla al grueso de un ejército tan numeroso como el del propio Jerjes en las Termophilas. Con sigilo sólidas formaciones de combate tomaron posiciones con sincronía prusiana. Y en el momento acordado las hostilidades comenzaron con fuego graneado. Mil pinchotazos inferidos por mil nanomandíbulas hundieron su obra viva en el suelo patrio de mi dimensión corporal. Enloquecido por la atomizada contundencia de la batalla y no sabiendo donde iniciar sincronizada contraofensiva, incoordinados manotazos, como la artillería pesada hace batiendo el terreno en disputa, causaron alguna bajas en el ejercito agresor, algunos grupos de hoplitas saltaron por los aires. Peor el ataque era masivo en extremo. Así que comenzaron mis berridos, superado por la situación. Aunque las dermalgias que derivaban del monstruoso ataque, especialmente lacerante me resulto el asalto en cierto páramo escondido y localizado en el arranque de las dos piernas que poseo en propiedad, donde figura el conflictivo órgano que acredita mi género sexual. Allí se cebaron los que sin duda eran regimientos de granaderos, artillados con piezas de grueso calibre, hubieron de atormentarme de forma bárbara. Tanto que la mama de Merceditas me despojo del pantalón corto y deshizo las formaciones atacantes con suaves golpecitos, siempre aconsejables por tratarse de orografía sensible en extremo. Pero al quedar mis miserias expeditas a las miradas curiosas tanto de la victoriosa Merceditas como de la novicia Petrita. El embarazo y el atentado al decoro plástico no pudieron por menos que afectar a los cimientos de mi amor propio. En tales términos que fui incapaz de afrontar por un tiempo las microrisitas de mis vecinillas.
Como ven ustedes he vivido mucho e intenso y ha habido de todo y que no he dudado en referirlo íntegramente en homenaje a los virtuales lectores


Y no lo olvidéis. “Todos los sujetadores son biplazas”
SABADO 27 OCTUBRE 2007

miércoles, 10 de octubre de 2007

LOS AMANTES DE CLIO

Dicen que la historia, mas concretamente su musa, Clio, solo gusta de amantes que presentan los laureles de la victoria, prostituta de elite es. Como lector de sus textos no puedo decir mas que siempre sentí ternura por los perdedores. Aquellos que quedaron sin razones por desheredados en la herencia del triunfo.
Recuerdo una imagen manoseada por los proyectores de nuestro pasado. Aquellos detritos del desecho Ejército republicano, cansado, aterrado y acosado desde la Batalla del Ebro. ¡Que radical es el contraste entre un Ejercito victorioso y uno derrotado!. ¡El maldito dualismo simétrico!. La guerra debería ser la definición perfecta de todo aquello no que solo es no humano sino, sobre todo, de lo que es inhumano. Pero es una enorme paradoja, un contrasentido, que el hombre lleve dentro de si su propia destrucción. Es como ser y no ser a la vez, como nacer muerto. Los soldados, reos del peor delito que contempla la historia, la derrota, enloquecidos por una huida frenética, malparados por los avatares mecánicos y neutros de la guerra, cojeando apoyados en fusiles sin entidad ya, transformados en muletas y bordones, acusaban en el pergamino de sus rostros la triste caligrafía del infortunio bélico. Pero no hay clemencia para un bando que no ganó. No hay razón, desde luego, pero tampoco piedad, no hay conmiseración, desde luego, pero tampoco cabe duda que son los malos una vez derrotados. Hombres cansados, de ardor guerrero atenuado por la fatiga, que en su día día marcharon briosos al compromiso histórico de una causa tenida por justa. Destinados por su imprevisible inviabilidad histórica.. Peor creo que no es ese el mas grave síntoma de su tragedia. Me atrevo a decir que una insospechada enfermedad es la que de verdad atormenta sus almas. ¡¡Les debió doler España!!, la que ellos querían, por la que ellos lucharon, la que nunca fue, la que nunca será, para ellos al menos. Nada mas alejado de mi propósito que el de analizar nuestra guerra civil aquí y ahora, créanme. Mi objetivo quiere ser mucho mas universal, mas genérico. Un español vencedor no debería jactarse de su victoria cuando esta implica la existencia de un español vencido, porque no hay victoria en ello, o no debería haberla. El bando vencedor lucho y ganó pero también se ensoberbeció y magnificó el alcance de su fortuna, Ninguna victoria puede acreditar el título de propiedad sobre una tierra, sobre un país. Fíjense que digo un país, no su país, por que el país era y seguía siendo el país de todos los que en él nacieron.
A día de hoy, muchos años después, el diputado Felipe Alcaraz, de significación comunista, allá él con su compromiso político, encabeza una campaña para la rehabilitación de los muertos del bando derrotado de la guerra civil, nada mas digno de alabanza puede haber. Es de justicia histórica el hacerlo. Estas pretensiones son de justicia inapelable, pero cuidado, todo esto está bien , Pero no lo es ya tanto por lo que no se hace.
Y hay unos muertos de los que nadie se acuerda. Que cayeron victimas de aquellos que presentaban la misma opción política que la del Señor Alcaraz, espero que solo sea de nombre. Aquellos trostkistas del POUM, los seguidores de la heterodoxia comunista criminalizada y sentenciada por Stalin. La purga del 37 extendió uno de sus tentáculos hasta la piel de toro. El Partido Comunista de entonces de orientación inequívocamente estalinista, al que pertenecía ese Santiago Carrillo, que hoy advierte sobre los modos autoritarios del señor Aznar, fue el brazo utilizado por el padrecito Stalin, para masacrar la herejía de Leon Trotsky. ¿Esos muertos no merecen rehabilitación histórica alguna?. Parece que no.
De modo que menos victimismo por parte del PC y mas dosis de verdad histórica. Un servidor llegó a escribir a la fundación Andreu Nin, el mártir del trotkismo español, asesinado en una checa, interesándome por lo que me parece un reivindicación de justo contenido. Pero la callada ha sido la respuesta.
Yo que detesto los excesos del bando ganador de nuestro conflicto civil, creo que tampoco conviene ser maniqueísta. Complejísimo es situar el bien y el mal, e imposible ubicarlo a gusto del usuario.
Ojala nunca mas existan LAS verdades y que solo haya LA verdad.


Miercoles 10 octubre 2007

lunes, 24 de septiembre de 2007

VACIOS Y OQUEDADES

Niestzche habla después de su colosal afirmación en la que declaraba la muerte de Dios, que seguía un gigantesco vacío, producido por el colapso de la ilusión masiva mas exitosa de la historia, ubicado en la humana conciencia, Dios. Esa fue la sensación que me sobrevino cuando el Sinemet debilitó al ejército del mariscal Parkinson, que llevaba años sometiéndome a un agobiante y cada vez mas estrecho asedio. Pude respirar finamente, pero el paroxismo de esta victoria me hizo caer en la falsa ilusión de creer que las tropas que me cercaban se habían retirado a sus cuarteles. Para siempre. Nuevamente quedo constatado, cómo los arrebatos humanos, de uno u otro signo, o, si quieren ustedes, las flaquezas, distorsionan la realidad. La modifican, la adecuan al estado anímico de forma tan subjetiva como irreal. El enemigo acusaba menor combatividad por los obuses de la levodopa, pero seguía al acecho, pacientemente, esperando un descuido, que el artillero olvidase cargar las granadas para volver a la insolencia de otros tiempos. Miles de proyectiles han estallado en esta nueva fase de mi conflicto, son ya 15 años, en permanente estado de excepción, nuestro éxito radica en creer que hemos podido ser persona, que no es mal logro. Pero, señores, aquel primer mes de tratamiento, con la ebriedad propia del éxito llegó a persuadirme que estaba a un paso de la salud definitiva. Hoy sé que ésto es imposible. Era tal mi osadía que me llevaba a recorrer mi ciudad de punta a punta con la energía de un centurión romano. Mi auto confianza iba asentando los cimientos propios para enfrentarse a la vida, pero la sensación de un espacio nulo de contenido, de un vacío atrapado entre las concavidades de la sensación, nunca me abandonó, y no tuve tiempo de acumular proyectos, quizás algún ligero esbozo que se transformó en palimpsesto erosionado por los soplos de la realidad. Hubo demasiadas cosas que asumir y el tiempo fue poco, Nuevas guerrillas afectas al ejercito sitiador, de menor cuantía y efectividad, aparecieron con nombres de origen griego o latino. Discinesias, offs, etc. Sus ataques no son determinantes pero si molestos, incómodos. Pero quien vivió el infierno puede sobrevivir en un desierto. Sobrevivir, esta creo que es mi mayor hazaña. Confieso que me gustaría vivir en toda la extensión de la palabra, pero es lujo que no me puedo permitir, Aunque treinta años valen para cicatrizar, siempre eventualmente, mis heridas. Pero amables señores sí me sirvió para bajar de pedestales a quienes subí desde la certeza, muerta ya, de creerme un despojo, un detrito, un presidiario del inframundo de la consideración humana. La gente es, y lo digo poniéndome la toga del juez mas equitativo, vulgar e intrascendente. Hace mucho que dejaron de impresionarme aquellos que se jactan de su éxito en la vida por tener familia y vida profesional, es fácil decirlo, creerlo, desde la salud. Pero algo hay mas grave. El prójimo padece esa jactancia de creerse capaz de poner colores a sus vidas aferradas solo al gris, no dudan en compararse con aquellos que vacilan ante las masa prosaicas tareas que contrapone el vivir. Estas formas de vida caen en la peor de las maldades, aquella que es operativa solo desde el desconocimiento y la omisión. Juzgan sin leer los sumarios, que hacen daños de verdad solo para focalizar una atención que de ninguna otra manera consiguen, gente irrelevante que hace daño de verdad sin importarle lo mas mínimo. Y Esto lo confirmarían la mayor parte de agraciados por la lotería del parkinson. Pero esto se aparta del objetivo de este breve texto cuyo único objetivo radica el hacer notar para el común de las gentes que incluso lo pernicioso, una vez superado, acusa su ausencia.Termino con un saludo par varios amigos que sin duda me entendieron por estar en la misma trinchera, aunque alguno de ellos ha demostrado no ser tan amigo.

Lunes 24 septiembre 2007

domingo, 16 de septiembre de 2007

PETICION DE UN MAESTRO DEL MONOSILABO

Dos frutas coronadas con cerezas
Dos mermeladas que ríen temblando
Dos estrellas de almíbar
Dos pequeños mundos
Como estrellas binarias
Que bailan seducción y caderas
Mirándose ellas y se bañan
desnudas en los estanques del recato
Así son, créeme, así son
También hay azucares para las miradas
Dos limones partidos, de belleza perfumada
También hay aromas para las miradas
Mis ojos las acarician con tacto mudo
También hay besos para las miradas
De tu árbol de Venus como joyeles
dos manzanas, dos zarcillos,
prometen dulce pulpa y lujuria
Que danzan cuando respiras
En mis oídos suenan dos cascabeles
Que me piden que cosa un beso en ellos
Cuando te agachas y te inclinas
a mi me parece que sonríen
explotando con dulce descaro
como un jardin que menstrua
una primavera privada
No siempre la belleza es majestuosa
Como un sol que parpadea sus luces finales
Pero hay dos soles en tu pecho
pequeños destellos se estrellan en mis ojos
y te lo digo alumbrado, confiado
bajo las luces de la verdad
al son de una música amena
¡que preciosas son tus ………….!

Si la belleza tiene mil ojos
En el mapa de F.
En sus dos ……….
Como dos montañas
En la piel de selva de tu estepa
allí están tus dos ……….
Mármol tibio de dureza bailarina
Donde el cincel de mi mirada
talla la belleza de F. .
allí en sus ………

Doimingo 16 septiemb re 2007

sábado, 15 de septiembre de 2007

PERSPECTIVAS ONIRICAS

Estoy condenado a la mas pasiva de las inercias ante un jardín con dos estanque de aguas de tornasoles acaramelados, en ellos se bañan en la desnudez mas adorable dos náyades cristalinas. Pequeña fresa por boca de pulpa fina y promisoria de dulces besos. Una lira de perlas chiquitas, propileo de risas lejanas, de esas que bailan en el horizonte de los sueños. Mejillas toboganes de albino alabastro por el que se deslizan lagrimas y gestos de explosión devastadora fragmentando una seducción que acribilla los parapetos de la mesura.
Pero quiero que mi sueño sepa que soy agradecido, porque, como dijo el otro “sueño luego existo”

Sábado 15 septiembre 2007

viernes, 14 de septiembre de 2007

MIEDO Y CONSCIENCIA

He podido comprobar en dos ocasiones, de forma marcada, tanto que presumo que habrán sido registrados por el bibliotecario indomable del subconsciente, en algún anaquel a salvo de la conciencia, con la enfadosa intención de liberarlo en el momento mas inoportuno produciendo sus réditos de fobias y denteras. Bien pues como decía he constatado que reacciones viscerales e iracundas humanas pueden afectar los vectores del espacio y del tiempo alterándolos en su geometría aparentemente inmutables..
En una fecha cuya concretización se escapó por los desagües del tiempo, mi abuelo Felipe, ordenóme:
_¡Chiquillo!, lleva la burra ahí a Los Adobes.
La orden era clara y directa sin posibles matizaciones. Así que tomé el ronzal del pobre y viejo animal, exhausto por la carga de años y de palos que llevaba encima. Y me dispuse a llevarlo a esa pequeña finca, fresca y umbrosa, ubicada junto a un mediano pozo de riego en el que saciar la sed. Se trataba de una pequeña hembra de asno, desecha por la inexorable lima del tiempo, los malos tratos y los infames caminos de la campiña de esa población. Como yo siempre tuve una predisposición hacia los perdedores, Le cogí cariño, y ni siquiera montaba en ella cuando me apremiaba a ello mi abuelo, especialmente cuando el camino a casa me obliga a levantar la vista por ser rampa cruel, en aquellas empinadas cuestas tenía la sensación de que al triste animal se le caerían los tornillos y se desarmaría en mil piezas. Pues bien, señores, ya me tienen ustedes llevando del ramal a Los Adobes al asno hembra. La finca estaba en los aledaños del pueblo pero había un mediano trecho a salvo de riego lumínico del alumbrado público del casco urbano. El camino era ancho y limitado a ambos márgenes por paredes de piedra, aunque al final debía bajar por una vereda sencillamente inhumana por su feroz inclinación a mas de un ingente guisote de pedruscos sueltos que hacían de ella un plato de problemática digestión para los pies del incauto viandante. Pero señores aún no he puesto en su conocimiento un pequeño detalle que avala por completo mi propósito de convertir esta intrascendente historia en asunto de interés para el humano pensamiento. Todo esto que les cuento ocurría a las 12 de la noche, ¿Qué me dicen ustedes?, manjar nocturno tenemos. Esta especia cambia el plato por completo Ni siquiera pensé en ello, y el primer trayecto del camino no presentó otra novedad que mi encuentro, cara a cara con un sapo de descomunal tamaño. De repente un cacho sombras se descosió del tejido de la noche y mostró criterios propios, desplazándose a base de saltos pesados y observando un rumbo indeterminado. Cuando identifiqué a la extraña criatura como batracio indudable, asombréme ante la cuantía de su tamaño. De primeras no pensé inmiscuirme en su pacifica existencia, pero tal eran sus dimensiones que para que mi hermano me creyera no tenía otra salida que la captura del macrobatracio. Pude meterle en una de aquellas cajas de Cola Cao de lata, de 5 kilogramos, a la que entró a presión, resta decir que cuando mi hermano pudo contemplar de visu el colosal anfibio aun le costó trabajo admitir la existencia de semejante ejemplar. Pero este no es objetivo del relato.
A medida que me alejaba de la iluminación del pueblo podía sentír el frío pegajoso de la oscuridad, glacial y sofocante si se me permite esta imposibilidad cocnceptual. No soy persona miedosa, pero aquella noche aprendí que el miedo no esta en la oscuridad, sino dentro de nosotros. Depende mucho de la actitud mental. Pronto la perdí. Cada árbol parecía ocultar tras su tronco a la mas maligna criatura. Cualquier ráfaga de viento hacia trepidar las ramas y a mi se me figuraba que había sido por el roce de la fauna mas fantástica. Jamás vi. tantos seres espantosamente infernales acechándome con nada tranquilizadores propósitos. Basta que uno se deje avasallar por una realidad diseñada por sus propios miedos para convertirse en víctima de si mismo. La noche es el uniforme de los temores y estos se presentan en sólidas formaciones de combate. Pero como casi siempre las aflicciones humanas nacen y mueren en el mismo sitio, el humano cerebro. Como me pasa a mi mismo, señores circunstantes. Desde niño crecía aureolado por la vitola de listillo, mucha información deposité después por mi cuenta en los anaqueles de la mente, mi mente, la única que tengo. Y esta información puede hacer creer a mi entorno que mi cerebro pueda parecer mejor amueblado de lo que en realidad está. Pero si ahí esta mi posible preeminencia de ahí también arranca mi debilidad. Señores, se lo confieso con la máxima educación. Tengo carencias notables en mi producción de dopamina, esa sustancia reguladora de la neurotransmisión. Es como si las fuentes de Nilo estuvieran en los aledaños de su desembocadura. Grandeza y miserias se dan la mano por pura vecindad. Los extremos metiéndose mano como novios en permanente celo.
Un hombre y un asno pisando las espumas de la noche, y el noble bruto exhibiendo una tranquilidad inasequible a todo razonamiento, A salvo de la especulación gracias a su naturaleza irracional, libre de los réditos de la metafísica. Y el poderoso individuo que le lleva del ronzal, víctima de la superioridad del “sum ergo cogito”, inerme aún con la espada de la razón, haciéndose el harakiri con ella. La conclusión surgió como por generación espontánea: “¡El miedo distorsiona la realidad!”. Pues no tengamos miedo. Mis fosas nasales abrieron sus exclusas y un chorro de frescura liberada entró por ella, luego miré al viejo animal que esperaba pacientemente mientras yo especulaba. Me di cuenta pues que era precisamente cuando él sintiera miedo llegaba justo el momento en que también yo debía sentirlo.. Recordé las historias de lobos que me había contado el abuelo acerca de apariciones espectrales de ese superdepredador y de como los animales, aun sin verlos los presentían, y caían dominados por el pánico cerval
El final de todo el proceso me persuadió de que mi tranquilidad dependía de aquella pequeña bestia de carga que triscaba pausadamente en la hierba que crecía en el borde del camino.
Si les dijera que aquella reflexión me liberó del miedo que sentía les mentiría –humanos somos-. Y nunca se me hizo tan largo el camino hacia la cercana finca como aquella noche nunca temí tanto mirar atrás por no confirmar la presencia de horribles criaturas que salían de la cadena de montaje de mi imaginación desbocada.
Mientras un servidor de ustedes apretaba el paso en busca de las amorosas primeras casas del pueblo almibaradas por las luces glaseé de las bombillas del alumbrado publico. El noble bruto de mi abuelo saboreaba la frescura de la noche, descansaba solazándose sin temor, sin caer en la cuenta de que fabricarse propios demonios esta solo a la altura de la mas racional de las especies

Viernes 14 sepitembre 2007

jueves, 13 de septiembre de 2007

EL OTRO AMBITO

En pleno intercambio de fotos con una amiga, que tiene contrato fijo en el difícil trabajo del ingenio, puesto ganado con absoluto mérito, fue cuando por error repetí una imagen.
-Pedrito (ella insiste en llamarme así a pesar de mi inaudita ferocidad), que te confundes, ésta ya la tengo.
La razón y la verdad estallaron en su sonrisa en semejante afirmación,. Pero la ambición de mi rebeldía es inasequible al razonamiento, aunque esta sea impecable.
-No, nena te confundes. Son iguales en la plástica, pero los que salimos en ella estamos pensando cosas distintas a las de la primera.
Creí que semejante subterfugio me haría merecedor una vez mas de un adjetivo al que ya había acreditado mis derechos anteriormente: -Pedrito, eres un ganso, de la familia de los ánades., con membranas entre los dedos de los pies..
-Pero la mente de Deyanira es de una ambición extremadamente sutil, y va mucho mas allá de lo que bastaría para un ser humano de mente en cadena y masificada.
-¡Que estupenda idea! Plásticas diferentes aún siendo iguales.
Confieso que me sorprendió el alcance que ella encontraba en mis palabras, porque no fue mas que relámpago irreflexivo para defenderme de la inadvertencia de un despiste.
Recuerden ustedes los conceptos kantianos de fenómeno y noúmeno. ¿No caen? No importa, sin duda desayunaron en exceso y ahora lo están pagando, permítanme señores que les recuerde que la demasía, es además de fea disipación, resulta peligrosa por las magnitudes finitas del microondas estomacal. Y que forzar esas frontera puede dar lugar en engorrosas digestiones de boa constrictor. Quedan avisados, luego no se llamen ustedes a engaño. Bien, les hablaba del filósofo de Köenisberg, Inmanolo Kant (como le llamábamos los amigos). Decía este señor que el fenómeno es la manifestación del objeto a través del sujeto, es decir que la realidad del objeto nos utiliza para manifestarse., pero una manifestación solo asequible a las capacidades sensibles del hombre humano. Montar un seminario improvisado sobre tan trascendentalísima materia sería harto prolijo. Y esta brillante cita esta diseñada apara impresionarles a ustedes, no me pidan abundamientos mayores, no sean crueles. Pues bien definido ya el fenómeno nos resta ya el noúmeno. ¿Qué es el noúmeno? ¿Cual es alcance cosmológico del noúmeno? ¿Cómo incide este concepto en la intrahistoria o la vida cotidiana? ¿Qué dirá del noúmeno el Santo Padre en su próxima encíclica? ¿Ha visto alguien mi mechero al que echo en falta desde hace varios días?. Para intentar hacer frente a estos espantosos interrogantes, recurramos antes a la definición que nos da el señor Inmanuel. El noúmeno es “la cosa en sí”, les queda claro ¿verdad amables oyentes?. “La cosa en si” es la naturaleza del objeto prescindiendo del sujeto. Es decir que cuando yo veo la increíble belleza del busto de cierta señorita que es profesora en Madrid, aunque mas que verlo me recreo en él, lo que llega a mi cabeza cerebral procedente de los radares visuales que tengo detrás de mis gafas, es la traducción sensitiva de mis ojos cuando el bellísimo relieve esta a la vista. Peo esto es el fenómeno, adorabilísimo relieve pectoral aludido. Ahora bien, el noúmeno de ese interesantísimo accidente vital, es decir su naturaleza extrahumana resulta inaccesible.
¿Saben ustedes lo que les digo?. ¡Qué se vaya Kant a paseo! Por que me basta y me sobra con la oferta visual de esa señorita, no nos metamos en mayores bizantinismos.
Pues miren ustedes, pude ver un programa de la televisión norteamericana una entrevista a la espectacular modelo Cindy Crawford, que apareció con una holgada blusa de color negro y una falda roja plisada, Con desparpajo y desenvoltura contestaba a las preguntas del presentador, pero si la lujuria tuviera llamas, hubieran saltado los aspersores antiincendios. El conductor del programa iba trocando los zapatos por pezuñas, las gafas por la cuerna, y la virilidad, atrincherada tras la mesa a salvo de miradas escrutadoras. La propia invitada sin complejos, no se racataba ante ninguna de las peguntas. Llegado un determinado momento le entrevistador propone a la entrevistada un juego de cartas en el que ésta se jugará la lencería mas intima. Estaba hermosa de veras dentro de su falda roja, haciendo un perfecto marketing de su principal producto: su realidad espacial.
Bien pues el juego de naipes decidió la derrota de la bella y el triunfo del fauno. Pues la modelo, sin complejo alguno levantóse del sillón, se sitúo tras un bastidor, donde se despojo de la prenda perdida y la arrojó contra el ganador. Cuando volvió a su asiento, aunque, la imagen era la misma, una nueva geometría había hecho acto de presencia, una dimension diferente, específicamente humana, la imaginación, en la que acaba la física y la matemática. Por que aquí nada necesita ser demostrado ni contrastado, se admite por pura infinitud, por mucha que sea la hierba pisada nuevas alfombras vegetales se ofrecen para que las plumas tocadas por la gracia del arte, deje tras de si la vereda marcada para que lo que no saben “pisar la hierba”, y se limitan a chupar rueda de la elite. Son pocos los calígrafos de la belleza pero muchos los ávidos y voraces consumidores
Esa despampanante mujer, con el secreto de su intima desnudez al descubierto marca el arranque de la imaginación, demostrando que la certeza es muy inferior en posibilidades a la mas extravagante o absurda abstracción.

13 septienbre 2007

lunes, 10 de septiembre de 2007

breve pero ¿Intenso? ¡ah señores, alla cada cual!

SI HE DE DISCULPARME POR ESTO, ME DECLARARÉ VÍCTIMA DE MOLESTOSA DISPEPSIA

la belleza es ubicua
mas la belleza apolinea es incuestionable a la óptica
pero la belleza dionisíaca, la que precisa sondeo, no es consultable

COROLARIO:¡Viva la subjetividad que prostituye el gusto con la diversidad!

FECHA 10 septiembre 2007
LUGAR remoto rincon en las estribaciones de la sierra de Béjar
STATUS tension causada por almuerzo prolijo
OBJETIVO experimental

miércoles, 5 de septiembre de 2007

LA EBRIEDAD SIN COMPROMISO

No se engañen ustedes, la vida impone dos axiomas básicos que estamos obligados a observar:
Principio que llamaremos “primero”:
-Debemos saber el espacio que media entre lo que creemos ser y lo que en realidad somos
Y el otro que llamaremos “segundo”
_Debemos asumir el matiz existente entre lo que querríamos ser y lo que somos.
Esperen señores que recupere el aliento.
Y les digo, anticipándome a sus dudas, que pocas personas son capaces de plantearse semejante auditoria. Pero debería ser disciplina obligada para todos, por que el peligro de la superficialidad, de la inconsciencia, de la irreflexión, es espantoso, créanme ustedes, y lo es porque puede distorsionar el concepto que tengamos de nosotros a la baja
De toda la panoplia de adjetivos que pone a nuestra disposición el lenguaje hablado, hay uno que se antoja cruel hasta la máxima extremidad. Su precisión resulta abrumadora. “Patético” es el término al que aludo. Arma de destrucción masiva, porque es sentencioso, inhumano porque no deja refugio al alma de las personas. Si no me creen les emplazo a que se personen en el Burdel de las Palabras , sito en la Real, Academia de la Lengua y requieran los servicios de alguna ramera mas precisa. Conozco el paño señores, pues grande frecuentador de ese lupanar fui, parroquiano conocido por la gobernanta María Moliner.
Se puede ser necio hasta el mas lejano horizonte de la necedad, se puede, no lo duden ustedes. Se puede ser imbécil, arrebañando los restos de la imbecilidad del plato lamiéndolos de forma impúdica. Se puede ser pertinaz, terco y contumaz en perverar en ese achaque humano llamado gilipollez.. Todo es pura veleidad humana y por ello esta contemplado en lo tratados de la humana conducta como efecto secundario de la existencia. No debe sorprendernos la obsesión humana de ser en muchas ocasiones lo que en puridad no se debería ser. Ni importa créanme.
Pero ser patético implica incuria, dejarse llevar en el concepto propio halagado por lo que se cree erróneamente, porque se desea ardientemente. Es abandonarse inacabable tarea de formarse a si mismo, cayendo en brazos de un sueño sin entidad. La búsqueda de uno mismo no acaba cuando se encuentra, o se cree encontrar algo positivamente aleccionador, por que es entonces cuando debería caber la duda del error. El auto halago es placentero pero sumamente peligroso porque puede persuadirnos de que la búsqueda acabó. Y presten atención porque ahora intentare ser brillante a la par que pedagógico.: “Nunca dejen de buscarse a sí mismos por que pueden convertirse en patéticos”.
Nos hemos vuelto comprensivos con los años, y sabemos que el halago en boca ajena es manjar dulcísimo, muy agradable a nuestros radares auditivos, que además gozan de prioridad en el tránsito al cerebro, parece tener sirena propia que obliga a la demás información a ladearse en el arcén y dejar paso. Pero el patético es aquel que. ante la contingencia de que nadie hable bien de él, lo remedia de forma irremediable asumiendo por su cuenta y riesgo solventar lo que considera intolerable injusticia, sin reparar que lo que hace verdaderamente es abundar más en su patetismo.
Para acabar con este post pedagógico dos consejos gratuitos les doy por que me siento munífice esta mañana pero no se acostumbren ¿eh?. Que yo intento no ser patético pero he de hacerles una confesión de alcance. Soy malo y a veces me gusta. Pero esta s otra historia.
Ahí van mis dos consejitos:
_Luchen contra todo conato de patetismo y
_Utilicen los transportes públicos
Gracias.

Miércoles 05 septiembre 2007

lunes, 3 de septiembre de 2007

OPCIONES FORZADAS

Creo que siempre fui un lobo estepario,, que palidece ante la idea de ceñirse a los protocolos de la sociedad humana. Los métodos, los sistemas, las estructuras me hacen sentir mariposas en el estómago. La rebeldía, la improvisación, el pisar la nieve nunca hollada marcan la dirección de mi derrotero, No crean ustedes que es algo elegido, no. Los vaivenes de la vida me zarandearon, como a todos. Cada golpe dejó un cardenal en mis recuerdos, como a todos. Creo que cuando los dientes de hielo del miedo me traspasan me siento masa, me anego en la muchedumbre, como todos. Pero una impronta primaria me domina, la de desmarcarme.
Señores en una ocasión fui a coger una botella de gas butano, noté una catástrofe en el cableado de mis nervios lumbares. Al poco rato el gozne de mi espalda, al menor movimiento, chirriaba con la estridencia del dolor mas agudo. Vino un señor facultativo, palpó mi zona lumbar, la única que tengo. Y emitió un sabio veredicto, con un introito intolerable. “¡Si es que no sabemos coger los objetos pesados!”. Esto me hizo encender las fogatas de la ira mas colérica. Y de súbito aquel sabio galeno se transformo en el mas execrable matasanos. Un relámpago indignado alumbró un pensamiento de exterminio. “Da gracias a que no puedo moverme. Sino…. Te mataría”.- Luego el sabio emitió sabiduría por la esclusa de su boca. “Estarás un par de días sin poder moverte”. Mi rebeldía aceptó el desafío, “eso es lo que tu te crees”. Cuando quedé solo, me agarré convulsamente a la mesa, sentí una aguda puñalada en el costado, fulminante, iba a caer cuando recordé la presunción del mediquillo. Mi ser se amotino, mis dientes se crisparon. Y me dije “Adelante, puedes hacerlo, debes hacerlo”. El edificio se incorporó entre punzantes aguijonazos. Me encontré dolorosamente erguido, pero erguido a la postre. Salí al pasillo, y caminé entre acerbos sufrimientos. Mi madre se asombró a encontrare en el carril para vehículos lentos del pasillo. “Por que te levantas… el médico dijo que……….”. “Precisamente por eso, por que el médico lo dijo”
Recupero el decurso de este escrito volviendo a admitir mi calidad de lobo solitario, aunque hubo un tiempo que lo fui forzadamente, sin alternativas. Cuando uno es obligado a la soledad uno se siente postergado, débil, desamparado. Se beben lágrimas sin que nadie lo advierta, que es el peor de los tragos. No hace mucho descubrí que me gusta la gente, pero creo que nada le importa eso a la gente, sin embargo para mi fue un extraordinario evento, algo realmente sorprendente.
Hace algunos meses me decidí a hacer algo verdaderamente insólito en mi. Contactar con una asociación de damnificados por una entidad carencial con nombre de brigadier escocés. Encontré personas con esta dolencia en común, que también es la mía. La primera conclusión fue espectacular, ¡¡¡¡Somos personas también nosotros!!!!.. Pero cosas mas extraordinarias hubieron de suceder. Yo, el eterno apaleado, el fracasado, el inútil comprobé que había gente pasando por lo que yo pase solo, buscando comprensión y aún consuelo. El eterno cobarde comprobó que su inutilidad proverbial podría ser aprovechable. Me di cuenta que era preciso algo de lo que siempre he huido: implicarse.
Como pasa con todo colectivo, con algunas personas congenié con unas personas mejor que con otras. Recibí los galones de veterano ¿podéis creerlo? Un veterano que se pasó buena parte de su vida a la deriva, en su propio infierno. Pero ¡ay! La lección mas dura aún estaba por llegar. vi. que podía ayudar y lo intenté de la forma mas racional. Intentando limpiar el barro que agobiaba a una persona no advertí que al arrojarlo caía sobre un tercero, después he sido capaz de advertirlo y lo siento de veras. Pero me queda el consuelo de saber que mis intenciones fueron limpias en todo momento.
Señores esta mala comedia llamada vida que muchas veces merece ser silbada presenta unos registros complicados hasta mas allá de la extremidad. Decidido a romper con todo aquello, quebré mi determinación por una persona de corazón limpio. Esta persona es hoy buena amiga y hace que no me arrepienta de mi decisión de no haber huido. Cuento con por lo menos tres personas que hacen que todo valga la pena.
Ellos saben quienes son y no he de decirlo aquí. Sigo implicado, pero no hasta el fondo, por la impronta de lobo solitario que se resiste a desaparecer.
Algún que otro congénere de mi especie se ha cruzado en mi vida, en especial uno, bueno no, uno no, seamos justos con su género, se trata de “una”. Tan sabia como joven, que me dice que se siente anegada por lo que dice mi torrencial verbo, yo no acabo de creerlo. Con veintitrés años no sabe que me enseñó mas de lo que cree. Deje usted su cuadernillo donde apunta la historia de Aníbal Barca y escúcheme. “Con usted aprendí la brevedad” una extraordinaria conquista para alguien que cree que su facundia es ilimitada. No lo es señorita.


Lunes 3 septiembre 2007

viernes, 31 de agosto de 2007

ABSTRACCIONES REBELDES

Cuando una joven amiga me dijo que los pechos femeninos no son simétricos no supe si sentirme sumergido en las turbias aguas de la confusión o por el contrario si empecé a contemplar todo con los lentes claros como los arroyos de sierra. Mi cosmovisión trepidó comprometiendo la solidez de lo que hasta ese momento consideraba categórico e incondicionado. Aunque llevaba mas de un mes sin reflexionar decidí que semejante evento bien merecía una sesión especial, aunque ello me costara, por el esfuerzo requerido, el fracaso de aprehender el fundamento de la telenovela de mas éxito que ofrece la televisión estatal “Bea la fea”.
La simetría, éste era el concepto a cocinar, mas bien a recalentar. En el fragor del centrifugado cerebral, necesario para su análisis, pude ver como varios cánones salían despedidos por la inercia de vórtice. ¡Bah, los cánones! Hay veces que creo que sólo existen para ser pisoteados. No doy mucho crédito a los cánones porque los he visto morir a pares. Son iguales a eso inaprensible que llaman el presente, algo sin identidad porque nace a la vez que muere. Hay algo agónico sin embargo en los cánones, la forma desesperada con que se agarran a ellos los que se obstinan en enemistarse con la novedad o el desarrollo evolutivo. Y me vienen a la mente aquellos sacerdotes, en las postrimerías de la gran Guerra (1.9141.918), intentaban adoctrinar a la manera tradicional, es decir, apelando al temor de la muerte, a los soldados mas veteranos. Claro, sus resultados eran nulos, porque todo lo que es inmediatamente adyacente al ser humano, por espantoso que sea, pierde su efectividad y su efervescencia y se convierte en lo habitual. En la edad media la muerte era algo tan cotidiano que era asumido sin traumas, o al menos con menos traumas de los que hoy suponen. ¿Cómo iba a resultar operativa la táctica, puramente cristiana, de llamar al orden moral basándose en una muerte en pecado en el frente de guerra?. Aquellos soldados convivían permanentemente con la muerte y en tales términos que hubo de convertirse en rutina. Dicen que a esto responde el fenómeno sociológico que siguió a aquella guerra. La juventud superviviente pareció entregarse a vivir de un modo intensamente acelerado, sin reflexiones morales, improvisando sin reparos. Se quería vivir vertiginosamente sin trabas porque la muerte era algo que estaba ahí, al acecho inmediato como en las trincheras. La juventud que muere no puede en modo alguno aprender a envejecer.
Pues bien, esperen ustedes que haga una retrospectiva para recuperar el hilo correcto de la intención de este breve texto. ¡Ah si, este es!. Las simetrías y ahora que lo pienso me surge la duda. ¿Habrá algo realmente simétrico?.. Todo aquello que parece estar conformado por dos partes iguales, en realidad no lo son. Un rostro humano conformado por dos secciones idénticas deparan una faz casi grotesca, Casi inbecilizada. Este delicadísimo asunto puede detraer un colapso cosmológico. O quizás no sea mas que una abstracción personal nacida de mi proverbial estado estático, ¡Qué importa!. Si el espejo no es enteramente sincero en sus reflejos. ¿Que será de las entidades binarias aquellas cuyos elementos viven la presunción de girar en torno a un alma gemela a la que por fin encontraron?.
Pero ahora viene algo de mucho mas alcance. ¿Qué ocurre con las dualidades? Señores esta confusión es cosa que espanta. ¿Y si el mal no es otra cosa la simetría del bien? ¿Cómo distinguirlos?. De esta tremenda experiencia resultaría que estos dos principios universales que conforman al ser humano serían imposibles de distinguir. Ya se sabe que Zoroastro decía que bien y mal (Orzmuz y Arihman) son inseparables y que giran en vórtice inextricable imposibles de aislar. Así que ya lo saben: en habiendo espejos el bien se encontrara desnudo de contenido sin el mal. Quizás el espejo sea mucho mas profundo en sus respuestas, y si renunciamos a la óptica podamos hallar mucho mas.
Ya saben ustedes, Belleza-fealdad, negro-blanco.
O puede que sea una abstracción nacida de una enojosa dispepsia. ¿Quién lo sabe?

Viernes 31 agosto 2007

jueves, 30 de agosto de 2007

TRIBULACIONES DEL TALENTO
Mientras estuve anegado bajo las masivas aguas del alumnado, permanecía manoteando a media profundidad. Nunca me interesó romper el cristal y asomarme a la superficie, no pensaba en destacar, seguramente porque no reflexioné ni por un momento si podía haber alguna inquietud en mi que me hiciera descollar. Estudiaba, forzado por pasar esas tristes olimpiadas llamadas evaluaciones, en las que el triunfo anhelado se basaba en la fortuna de que coincidieran las preguntas del examen con la parte estudiada. Tal es miserable estimulo que nos inoculaba el sistema educativo. El aprobado era una deidad, como el Moloch de los cartagineses donde se echaban niños en la hoguera de su vientre, para lograr buenos augurios. Íbamos aprobando agónicamente sin darnos cuentas que arrojábamos a las llamas del dios, la posibilidad de alcanzar un saber mas sistemático en pos de subir otro peldaño rumbo al titulo académico. Pero, si recuerdo que la Señorita Amalia, una atractiva profesora, cuyas piernas atraían la atención y el desplazamiento hacia los pupitres de vanguardia de los elementos que mangoneaban normalmente en la retaguardia. El desecho de la clase, inadaptados, desmotivados, gentezuela a quien nadie interesaba aunque con mucha frecuencia tenían los cerebros mas dotados, desperdiciados por una enseñanza incapaz de seducir. Amalia, nos encargó la tarea de redactar una entrevista a un personaje extrapolado de la infinita ficción. Si note un entusiasmo a medida que mi trabajo ganaba en renglones escritos. Leía y releía lo escrito y me sorprendía a mi mismo ¡Joder esto me gusta!. Cuando el parto acabó contemplé a mi retoño con orgullo, estaba persuadido de haber hecho algo notable. Lo entregué, y por primera vez sentí los alfileres de la impaciencia acribillándome. No les negaré a ustedes que me halagaba la posibilidad de sorprender a la señorita Amalia. En mi desvarío ya la veía interrumpiendo la clase para hacer pública la notoriedad de mi ejercicio, exhibiéndolo como modelo a seguir. Pues bien llegado el momento del reparto evaluado del ejercicio me sentía como en la ceremonia de la entrega de los Premios Nóbel, tocado de frac y chistera. Amalia se acercaba a la zona. donde yo habitaba en el aula. Debo confesarlo a ustedes, era el Bronx, los bajos fondos bonaerenses, donde lo que se evaluaba por el contrario no era la capacidad de ejercer la enseñanza de Amalia, las virtudes de su oratoria, no señores, no se equivoquen. Debíamos estar predestinados a la industria textil, por que eran las prendas que vestía aquella Minerva lo que nos motivaba, pero no para especular acerca de su calidad textil, o para proponer una mejor conjunción de colores, se trataba de saber como estaría sin prendas, no nos engañemos. Bien pues a medida que se acercaba repartiendo los ejercicios a mis dominios, de esa misma forma creía que se aproximaba el momento de mi triunfo. Amelia ni me miró, dejo mi redacción delante de mi sin mayores ceremonias. Pude persuadirme entonces que el arte es un manjar cuya deglución no esta al alcance de todos. Este apotegma no me consoló nada , amigos. Me sentí saboteado, mi notorio esfuerzo había sido ninguneado por una profesorcilla exhibicionista. Pero quedaba lo peor. Con los folios en mis manos increpé a varios panteones de dioses de diferente signo. Reproché al destino, al gobierno, a las Naciones Unidas, al Tribunal de La Haya, a los Protocolos de Sión, a la concejalía de Obras Públicas del Ayuntamiento de Puerto Urraco, todos me parecían estar implicados en aquella conspiración cuyo objetivo no era otro que el de quitarse un peligroso rival como un servidor. Releí mi ejercicio y comprobé incluso para mi sorpresa que me seguía convenciendo en calidad y formato. Y al encarar el dorso del último folio encontreme con la mayor ofensa que un ser humano puede recibir. Una pintada terrorista en rojo: “Parece copiado de revista o periódico”.
El mas telúrico y colérico de los fuegos fue subiendo por la circunvalación de mi laringe, poderoso, salvaje, imparable,. Justiciero, inconforme, y, sobre todo, reivindicativo. Gracias al asombroso dominio que siempre demostré en el gobierno del badajo de mi boca, se libró Amelia de que le dijera cuatro verdades que le hubieran sumido en la perplejidad. “Mírala si va medio desnuda provocando, luego pasa lo que pasa”. En la apoteosis de mi indignación se me pareció verla como estas chicas que suben al ring del boxeo para mostrar un grande cartel en el que informan del asalto que sigue. Así la vi., con un body escasísimo y exhibiendo un cartel donde podía leerse “Neila es un farsante”. Cogí, no, cogí no, empuñé con fuerza mi rotulador rojo, si mejor, lo empuñé, y con tinta roja como la sangre, rasgue mi rehabilitación personal: “Parece copiado pero no lo está”.
Esta fue la experiencia mas aleccionadora que dedicó el sistema educativo a mi posible talento de escritor. Hasta yo me olvidé de él. Muchos años hubieron de transcurrir, cuando cierto intruso se apoderó de mi y me robo mucho, muchísimo, y fue cuando ya tenia cumplidas mis veinte anualidades, llegó el momento en que desde el último refugio, atrincherado en una esperanza que no auguraba nada bueno, comencé a frecuentar los burdeles del libro, las bibliotecas. El ritmo de lectura crecía vertiginosamente, como si tuviera prisa ante un final muy próximo que nunca contemplé, gracias a la inconsciencia de la mas temprana juventud. Cuanto mas leía, mas el intruso saboteaba mi vida, era una especie de venganza quizás para enacararme a él con el desprecio que me sugería el creer que no podía, al menos de momento, afectar a mi intelecto ¡Jódete!
Escribo por que me siento bien haciéndolo, si les gusta a mis amigos será el colmo de la dicha

Jueves, 30 agosto 2007

miércoles, 29 de agosto de 2007

prefacio de una intención

Mi vida bascula entre la simetría de la aurora. Cuando percibo el rosáceo claro de su perfume, no se si estoy en los aledaños de la irrupción del ojo de fuego o por contra se aproxima la muerte del día.
Siempre me conmovió pensar en el hombre observando la magnificencia del Universo, en clara desventaja.- Pero el cerebro humano es eminentemente óptico y vacila ante el espacio negro de luz muerta. Tal es color del velo que oculta lo que aún no se conoce. Es propio de humanos temer lo que desconoce, lo que no ve. La noche es el escenario de nuestros mas sobrecogedores miedos. ¿Qué podemos sentir pues ante el oscuro techo que forma el bastidor de las estrellas, miedo. Siempre creí que Dios no es mas que una prótesis contra ese temor. El que sea efectiva o no es solo cuestión de creencias.
Ahora bien, si me preguntáis de color veo este blog mío, recién nacido, callaré por deferencia hacia aquel puñado de amigos que creen en mi para estos menesteres. Esta confianza me parece que les hace merecedores de ser mencionados.
Por antigüedad en la insistencia a su favor de la creación de este espacio virtual figura una jovencísima periodista. Podría llamarla cyberamiga, pero es mucho mas. Es la lolita del intelecto. Inteligente, cultivada, voz de sirena y la única persona que ha sido capaz de poner pantalones a las palabras. ¿Quién puede mejorarlo?. Lolita espero que llames a la puerta de este blog.
La segunda persona es francamente indefinible, se de fijo que vive en Gades y que se expresa con monosílabos magistrales. Como el Mister Jingle de los Papeles de Pickwick salidos de la pluma de Dickens. Si el futuro de este blog tiene matices oscuros, Este profesor gaditano esta pintado de un rojo venido a menos. Y como escritor me sorprendió en cierta olimpiada en la que me hice con la medalla de bronce.
La tercera y ultima persona tampoco se ajusta a los troqueles de al mayoría. Lucha con los dientes apretados como hice yo cuando no había posibilidades de victoria ¿recuerdas? ¡aquí seguimos!. Lo mismo dibuja que escribe, la sonrisa que ilumina desde su rincón mas negro. Es necesario que sigas por todos los que te apreciamos.
Finalizo mi primer post de la misma forma, que se muere el día por el oeste, aunque confío en volver a nacer mañana
Miércoles 29 agosto 2007