sábado, 11 de julio de 2009

ESTRELLAS BINARIAS

Dos mujeres con el sello del carisma impreso en sus vidas. Que alcanzaron celebridad por caminos radicalmente diferentes. Ambas emergieron de la penumbra a la que les condenada su naturaleza femenina, en un mundo dirigido y creado por y para hombres, en el que la mujer vive perpetuamente en el ostracismo social. El caso de Hipatia de Alejandría, es el mejor testimonio contra esa cicatera segregación social, impuesta sin otro argumento que la superior fuerza muscular, Mientras que las historia de Carolina Otero (La Bella Otero) no es mas que el exponente máximo de una praxis, su praxis. Un modelo de consecuencia y empirismo La Bella Otero redimensiona su sexo débil y lo convierte en la debilidad de los hombres, su cetro de poder. Ante él se rinden los personajes más poderosos de su tiempo. Y al decir sexo nos referimos a su definición más topográfica y biológica.
Toda mujer que haya conseguido un puesto en el devenir histórico por fuerza ha de ser poseedora de extraordinarias facultades, mucho más que la gran mayoría de celebridades masculinas. El motivo es obvio. No solo se trataba de distinguirse en su campo o actividad con relevancia, la mujer se veía en la obligación de filtrarse entre los exiguos espacios dejados por los cánones, prolija labor sin duda.
Hablar de Hipatia de Alejandría es hablar de un prodigioso intelecto, comparable a los de Aristóteles y Platón. Esta mujer filosofo, filósofa si se quiere, o quizás se deba, desmiente toda aquella antropología que extrañaba por incapacidad a la mujer de los ámbitos sociales, políticos o intelectuales. Hipatía acepta el desafío desde la inferioridad a que le condena su género en campos que eran de exclusiva competencia masculina y bate a los hombres holgadamente. No es difícil imaginar por que excitó la hostilidad del dominante cristianismo. Ser mujer; pagana, seguidora de corrientes que empezaban a chocar contra la excluyente compulsión de un culto que ya formaba parte del Estado. Y la Iglesia cristiana hacía suya la arrogante intolerancia que da el poder. Se dice que una turba de cristianos alentados por un furioso obispo llamado Cirilo, la sorprendió en plena calle y la linchó de forma salvaje, como se hace con aquello que se odia. Axial se truncó una de las mentes más brillantes y dotadas que ha dado el género humano. ¿Su delito?, estoy convencido que además de ser una librepensadora, una erudita, y un pagana, todo ello se vio aumentado con el agravante de ser mujer. Esta mujer es el icono del absurdo despilfarro que ha cometido la sociedad androcéntrica, ¿Cuantas mujeres extraordinarias permanecen en la cuneta del anonimato cautivas en el ostracismo a que les ha condenado su género?

El modelo que ofrece Carolina Otero se desarrolla según un muy diferente formato. La Bella Otero no disponía de una mente comparable a la de Hipatia (muy pocos la tienen). Pero si se adivina un sutil cálculo en su existencia que adolece de los trazos de una vendetta.
Nacida en el nicho de la pobreza mas extrema, fue salvajemente violada a los once años por un zapatero que le rompió la pelvis en el transcurso del inicuo atropello. La niña estuvo a punto de morir entre atroces sufrimientos. Este dramático suceso la condenó a esterilidad de por vida. Aquel individuo (huido a América tras su “hazaña”) que la vejó y humilló hubo de activar algún resorte en su interior que, mucho tiempo después la llevaría a humillar a su vez a los hombres más poderosos de su tiempo. Los manipuló y usó para después tirarlos como se hace con los desperdicios. Una sabia y deliberada utilización de su sexo la convirtió en una de las personas mas adineradas del mundo. Por ella se quitaron la vida varios hombres, sin lograr su objetivo de hacer que ella se sintiera culpable
La vejez privó a la Bella de los laureles del mito. Aunque ha pasado a la historia como quizás la mas famosa cortesana de la Belle Epoque, título que no es mas que un eufemismo de otro termino mas usado, puta. Recuerdo ahora el comentario de un jesuita ultramontano y reaccionario que denominaba a las prostitutas como mujeres descarriadas y viciosas con ese tono insufriblemente paternalista. ¡Entérese de una vez su paternidad: hay putas no porque existan mujeres descarriadas pervertidas sino por que hay hombres!

Si Hipatía representa una victoria limpia y leal sobre los hombres, La Bella Otero implica una represalia, una vendetta.


11-JULIO-2009

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sin palabras. Bueno si una; bueno.
Carmen