viernes, 31 de agosto de 2007

ABSTRACCIONES REBELDES

Cuando una joven amiga me dijo que los pechos femeninos no son simétricos no supe si sentirme sumergido en las turbias aguas de la confusión o por el contrario si empecé a contemplar todo con los lentes claros como los arroyos de sierra. Mi cosmovisión trepidó comprometiendo la solidez de lo que hasta ese momento consideraba categórico e incondicionado. Aunque llevaba mas de un mes sin reflexionar decidí que semejante evento bien merecía una sesión especial, aunque ello me costara, por el esfuerzo requerido, el fracaso de aprehender el fundamento de la telenovela de mas éxito que ofrece la televisión estatal “Bea la fea”.
La simetría, éste era el concepto a cocinar, mas bien a recalentar. En el fragor del centrifugado cerebral, necesario para su análisis, pude ver como varios cánones salían despedidos por la inercia de vórtice. ¡Bah, los cánones! Hay veces que creo que sólo existen para ser pisoteados. No doy mucho crédito a los cánones porque los he visto morir a pares. Son iguales a eso inaprensible que llaman el presente, algo sin identidad porque nace a la vez que muere. Hay algo agónico sin embargo en los cánones, la forma desesperada con que se agarran a ellos los que se obstinan en enemistarse con la novedad o el desarrollo evolutivo. Y me vienen a la mente aquellos sacerdotes, en las postrimerías de la gran Guerra (1.9141.918), intentaban adoctrinar a la manera tradicional, es decir, apelando al temor de la muerte, a los soldados mas veteranos. Claro, sus resultados eran nulos, porque todo lo que es inmediatamente adyacente al ser humano, por espantoso que sea, pierde su efectividad y su efervescencia y se convierte en lo habitual. En la edad media la muerte era algo tan cotidiano que era asumido sin traumas, o al menos con menos traumas de los que hoy suponen. ¿Cómo iba a resultar operativa la táctica, puramente cristiana, de llamar al orden moral basándose en una muerte en pecado en el frente de guerra?. Aquellos soldados convivían permanentemente con la muerte y en tales términos que hubo de convertirse en rutina. Dicen que a esto responde el fenómeno sociológico que siguió a aquella guerra. La juventud superviviente pareció entregarse a vivir de un modo intensamente acelerado, sin reflexiones morales, improvisando sin reparos. Se quería vivir vertiginosamente sin trabas porque la muerte era algo que estaba ahí, al acecho inmediato como en las trincheras. La juventud que muere no puede en modo alguno aprender a envejecer.
Pues bien, esperen ustedes que haga una retrospectiva para recuperar el hilo correcto de la intención de este breve texto. ¡Ah si, este es!. Las simetrías y ahora que lo pienso me surge la duda. ¿Habrá algo realmente simétrico?.. Todo aquello que parece estar conformado por dos partes iguales, en realidad no lo son. Un rostro humano conformado por dos secciones idénticas deparan una faz casi grotesca, Casi inbecilizada. Este delicadísimo asunto puede detraer un colapso cosmológico. O quizás no sea mas que una abstracción personal nacida de mi proverbial estado estático, ¡Qué importa!. Si el espejo no es enteramente sincero en sus reflejos. ¿Que será de las entidades binarias aquellas cuyos elementos viven la presunción de girar en torno a un alma gemela a la que por fin encontraron?.
Pero ahora viene algo de mucho mas alcance. ¿Qué ocurre con las dualidades? Señores esta confusión es cosa que espanta. ¿Y si el mal no es otra cosa la simetría del bien? ¿Cómo distinguirlos?. De esta tremenda experiencia resultaría que estos dos principios universales que conforman al ser humano serían imposibles de distinguir. Ya se sabe que Zoroastro decía que bien y mal (Orzmuz y Arihman) son inseparables y que giran en vórtice inextricable imposibles de aislar. Así que ya lo saben: en habiendo espejos el bien se encontrara desnudo de contenido sin el mal. Quizás el espejo sea mucho mas profundo en sus respuestas, y si renunciamos a la óptica podamos hallar mucho mas.
Ya saben ustedes, Belleza-fealdad, negro-blanco.
O puede que sea una abstracción nacida de una enojosa dispepsia. ¿Quién lo sabe?

Viernes 31 agosto 2007

4 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Lobo, lobo, me he divertido leyendo este escrito, pero a mi se me antoja que erraste -quizá por tu tierna edad, o por esa incipiente atracción hacia hacia las féminas- en tu apreciación de la "sentencia" con que
la señorita Amalia calificó tu redacción, quiero decir que deberías haberle agradecido SU ERROR.

Saludos

Anguila

miguelvelez dijo...

Karay... ké densidad de pensamientos y todo por una asimetría mamaria (hizo bien en no adjuntar foto que luego...)...
Sobre el tema histórico de I Guerra Mundial y muerte, sólo añadir un dato que viene en casi todos los manuales, pero pasa desapercibido: a los pocos meses la llamada "gripe española" -nombre seguramente engendrado en gabacholandia- aniquiló en mucho menos tiempo más almas que los frentes bélicos.
Por lo demás, ya sabemos: el yin y el yan, Zipi y Zape, Dios y Belcebú...
Ah... podría cambiar nombre de Blog: en vez de estepario, "el lobo pensando"... ¡qué buen turrón!

Anónimo dijo...
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