miércoles, 24 de junio de 2009

¿MOLINOS O GIGANTES? O ¿MOLINOS Y GIGANTES?

No hace mucho una buena amiga me acusó de ver sólo gigantes. Pero nadie es nada de forma absoluta y para siempre... Si digo que la vida del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha es probablemente una de las mejores novelas que ha dado el ingenio humano, posiblemente se me tacharía de snob, de prosaico, de partidista. Pero basta leer semejante obra para comprobarlo. No me refiero solo a su trascendencia en la historia de la literatura. Todas las perspectivas a la hora de juzgarla resultan jugosas. Y se me ocurren algunas que jamás vi. reflejadas. Por ejemplo el sentido del humor que deriva de un uso inteligentísimo y cultivado del lenguaje del que adolece esta obra. El castellano ofrece una ilimitada cantidad de recursos para hacer de la descripción algo notable y gracioso, y Cervantes demuestra una soberbia destreza en su manejo. No es posible dejar de mencionar uno de los efectos mas comentados de esta prodigiosa obra, que parece que fue uno de los objetivos básicos que constituía la intención del escritor mas famoso de la historia, La de querer acabar con un estilo literario que siempre tuvo mucho atractivo entre la mayoría de los lectores de aquellas épocas. Los libros de caballerías, según aparece en alguno de los capítulos de la propia obra, gozaban de la preferencia y el favor de los lectores menos intelectuales si se quiere, pero que no por ello dejaban de ser un público a tener en cuenta. Finalmente es innegable que para captar la atención de la mayoría de un público, la fórmula a emplear no es necesariamente ni alambicada ni rebuscada. La estructura no ha cambiado ni lo hará. Basta con definir el bien y el mal de forma que no sea posible su confusión ni su mezcla. Los motivos son obvios, conviene saber donde esta el mal para posicionarse en su contra. Dice el Mazdeísmo que bien y mal (Orsmuz y Arihman) están imbricados en un vórtice inextricable dentro de nosotros siendo imposible su separación. Jamás vi. en una creencia religiosa mayor realismo que en esta. Todos somos buenos y malos. Pensemos en el cristianismo, ¿Por qué puede jactarse de poseer el mayor número de adeptos en el mundo?. El marketing cristiano se basa en el mismo principio, la localización del mal y el bien. Lo que en la literatura caballeresca no era más que una forma de seducción para entretener los ocios y alimentar la fantasía, se ha vehiculado en el diseño cristiano para atraer a las masas. El Dios cristiano no es más que un deseo de algo que nos gustaría que fuese pero que no es. Dios es el mayor gigante que ha salido de la fantasía humana. Pero mi amiga sabe muy bien que hay muchos molinos, aunque ella misma es un fabricante de gigantes, gracias al notabilísimo talento creativo que padece. Porque el talento es enfermedad, aunque rara.
No parece difícil pues captar la atención de la mayor parte de los lectores. Cuentan que un novel escritor se acercó a Camilo José Cela, le pidió que le ayudara a escribir una novela de éxito. El creador de Pascual Duarte le aconsejó que se comprara un bolígrafo y 500 folios, y que pensara en dos jóvenes enamorados, y eso era todo. No es difícil. Finalmente los ingredientes necesarios para llegar a la gente distan mucho de complejas tramas al modo de El Nombre de la Rosa, o la Metamorfosis de Kafka. Historias como el inmortal drama de Verona de Shakespeare o el Quijote están mucho más adyacentes a la condición humana. Dos adolescentes pertenecientes a familias irreconciliables, conforman todo lo necesario para trascender entre los lectores mayoritariamente. Todo el mundo sabe del desgraciado amor de una Capuletto y un Montesco, pero a buen seguro que no conoce el, motivo que enfrentaba a los dos clanes. Apuntar que la disputa se conocía como la rivalidad entre güelfos y gibelinos, no sería decir mucho para alguien no aficionado a la historia. Pero hubo un tiempo en la Edad Media en el que el poder se concebía de dos formas, bien a trabes del delegado de Dios en la Tierra, es decir, el Papa que aspiraba a un gobierno universal, no solo el espiritual, que parecía lo mas lógico, también ambicionaba al meramente terrenal, el solsticio del poder del monoteísmo o bien la otra posibilidad concretizada en la puramente terrenal de los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico. Este detalle con ser clave en la historia, no influye para nada en la tragedia de Verona. Shakespeare pudo haber buscado otro conflicto, cualquiera hubiera valido. Lo rasgos de esta obra se adaptan a los requisitos mas universales, los que cautivan e interesan al gran público. El amor, la juventud y la tragedia. Esta es la mejor fórmula para el éxito, el esqueleto, la ferralla, la estructura, secular y eterna. En estos cimientos descasan también los culebrones, las radionovelas y los libros de caballerías. Finalmente Cervantes fue el auténtico matagigantes. Pero ¿Con qué derecho? ¿Por que privar al pueblo llano de aquella literatura?. El deleite de alinearse por unos instantes, puede ser un legítimo, un deseo de huir de la realidad más cotidiana. La fantasía es la gimnasia del ingenio y todos queremos ser príncipes o princesas.

El problema que subyace es el de si se debe condenar la fantasía por irreal. La fantasía es un atributo específicamente humano como la risa o el llanto, los molinos o los gigantes. El peligro que encierra es la alienación, como le ocurre al hidalgo manchego inmortal, que vive permanentemente entre gigantes. Sin embargo la mayoría de la gente envidia a aquel que sabe crear gigantes y se embelesa con sus obras.
Decía un personaje de Valle Inclán creo que a la Marquesa Rosalina:
“Señora ya que sois primavera, dejad a este pájaro cantar”

24 junio 2009

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Son los gigantes enanos muy desarrolados?¿o son los enanos gigantes venidos a menos?
Carmen

Anónimo dijo...

La genialidad implica valor, la miseria implica envidia. No es solo conocimiento teorico es acción. Example: Van Goh segun los acompañantes de su vida estaba loco.

Anónimo dijo...

jijijijij :58 los tres

Marina Lassen dijo...

shakespeare decía ser o no ser... y la cuestión es q somos Y no somos. uno no excluye a lo otro.
es excelente tu post. y con respecto a la fantasía me parece extraordinaria como la risa y el llanto. como recurso del alma, liberador, arte, pero de ahí a perder la noción de realidad por completo hay un trecho. el peligro es la psicosis es el peligro.
un beso más
marina