miércoles, 10 de octubre de 2007

LOS AMANTES DE CLIO

Dicen que la historia, mas concretamente su musa, Clio, solo gusta de amantes que presentan los laureles de la victoria, prostituta de elite es. Como lector de sus textos no puedo decir mas que siempre sentí ternura por los perdedores. Aquellos que quedaron sin razones por desheredados en la herencia del triunfo.
Recuerdo una imagen manoseada por los proyectores de nuestro pasado. Aquellos detritos del desecho Ejército republicano, cansado, aterrado y acosado desde la Batalla del Ebro. ¡Que radical es el contraste entre un Ejercito victorioso y uno derrotado!. ¡El maldito dualismo simétrico!. La guerra debería ser la definición perfecta de todo aquello no que solo es no humano sino, sobre todo, de lo que es inhumano. Pero es una enorme paradoja, un contrasentido, que el hombre lleve dentro de si su propia destrucción. Es como ser y no ser a la vez, como nacer muerto. Los soldados, reos del peor delito que contempla la historia, la derrota, enloquecidos por una huida frenética, malparados por los avatares mecánicos y neutros de la guerra, cojeando apoyados en fusiles sin entidad ya, transformados en muletas y bordones, acusaban en el pergamino de sus rostros la triste caligrafía del infortunio bélico. Pero no hay clemencia para un bando que no ganó. No hay razón, desde luego, pero tampoco piedad, no hay conmiseración, desde luego, pero tampoco cabe duda que son los malos una vez derrotados. Hombres cansados, de ardor guerrero atenuado por la fatiga, que en su día día marcharon briosos al compromiso histórico de una causa tenida por justa. Destinados por su imprevisible inviabilidad histórica.. Peor creo que no es ese el mas grave síntoma de su tragedia. Me atrevo a decir que una insospechada enfermedad es la que de verdad atormenta sus almas. ¡¡Les debió doler España!!, la que ellos querían, por la que ellos lucharon, la que nunca fue, la que nunca será, para ellos al menos. Nada mas alejado de mi propósito que el de analizar nuestra guerra civil aquí y ahora, créanme. Mi objetivo quiere ser mucho mas universal, mas genérico. Un español vencedor no debería jactarse de su victoria cuando esta implica la existencia de un español vencido, porque no hay victoria en ello, o no debería haberla. El bando vencedor lucho y ganó pero también se ensoberbeció y magnificó el alcance de su fortuna, Ninguna victoria puede acreditar el título de propiedad sobre una tierra, sobre un país. Fíjense que digo un país, no su país, por que el país era y seguía siendo el país de todos los que en él nacieron.
A día de hoy, muchos años después, el diputado Felipe Alcaraz, de significación comunista, allá él con su compromiso político, encabeza una campaña para la rehabilitación de los muertos del bando derrotado de la guerra civil, nada mas digno de alabanza puede haber. Es de justicia histórica el hacerlo. Estas pretensiones son de justicia inapelable, pero cuidado, todo esto está bien , Pero no lo es ya tanto por lo que no se hace.
Y hay unos muertos de los que nadie se acuerda. Que cayeron victimas de aquellos que presentaban la misma opción política que la del Señor Alcaraz, espero que solo sea de nombre. Aquellos trostkistas del POUM, los seguidores de la heterodoxia comunista criminalizada y sentenciada por Stalin. La purga del 37 extendió uno de sus tentáculos hasta la piel de toro. El Partido Comunista de entonces de orientación inequívocamente estalinista, al que pertenecía ese Santiago Carrillo, que hoy advierte sobre los modos autoritarios del señor Aznar, fue el brazo utilizado por el padrecito Stalin, para masacrar la herejía de Leon Trotsky. ¿Esos muertos no merecen rehabilitación histórica alguna?. Parece que no.
De modo que menos victimismo por parte del PC y mas dosis de verdad histórica. Un servidor llegó a escribir a la fundación Andreu Nin, el mártir del trotkismo español, asesinado en una checa, interesándome por lo que me parece un reivindicación de justo contenido. Pero la callada ha sido la respuesta.
Yo que detesto los excesos del bando ganador de nuestro conflicto civil, creo que tampoco conviene ser maniqueísta. Complejísimo es situar el bien y el mal, e imposible ubicarlo a gusto del usuario.
Ojala nunca mas existan LAS verdades y que solo haya LA verdad.


Miercoles 10 octubre 2007

No hay comentarios: