Los años 60 son el marco del retrato de mi niñez. La mía es archisabida. Los niños de color azul, un color muy en boga, por que de esa tonalidad obscura era uno de los colores que habían ganado una guerra que el rojo había perdido, junto al negro de la sotana y al plateado del sable. Mala troika para detentar cualquier gobierno, aunque creo que la alternativa tampoco era muy prometedora. Y la niñas el color rosa, por supuesto. Segregación de ambos sexos en la educación.
Tendrían que pasar unos cuantos años cuando al propinar un azote amoroso en el perfecto culo de mi primera novia Mercedes, la temprana adolescencia para mi viene definida por culos de impecable geometría, comprobé casi dolorosamente para mi mano transgresora que las delicadas, tiernas y sobre todo inferiores niñas (según decía el curángano que nos daba la catequesis) podían tener unos músculos fibrosos y duros, tanto como los niños. Algo de mi vida viene marcado por tan risueño acontecimiento. Aquella sonora palmada es un hito. Hay un Pedro antes de aquella liberalidad con la chica y otro después. He de agradecer mucho a la enseñanza inherente a ese episodio y también a Mercedes, pero esto ya sería otra historia.
Si jugar al fútbol durante horas, cosa de hombres, era un excelente ejercicio, esto no tiene duda, el saltar a la comba tampoco es moco de pavo. Los cimientos de una sociedad misógina y machista no me parecen tan sólidos. Si las nenas eran torpes con un balón en los pies, no se debía a una incapacidad de género, no seamos cínicos, la causa es que les estaba vetada semejante actividad. Si no hubiera sido así, a buen seguro que hubieran driblado, regateado y fintado en el peor de los casos como lo hacíamos nosotros, no hay tanto misterio en ello. Esta arbitrariedad etológica me parece extensible a todo, y se me antoja vergonzosas el corolario es innegable, hemos hecho a la mujer tal como es hasta hoy. La metodología ha sido profundamente injusta, por que semejante ingeniería tiene por base la de considerarla inferior al hombre. No nos referimos a una afinidad biológica que presenta sensibles diferencias de todos conocidas, no me digan ustedes que no, porque si lo hacen les mandaré a paseo. Pero la igualdad que en buena ley merecen, no es otra que la de ser objeto de derecho en todo lo que atañe a su condición humana, la misma que asiste al macho secularmente dominante. Pero dentro de este calamitoso orden de cosas y sin negar que hemos construido un sistema de poder, ¿como llamarlo?, ¿Androcracia?, que esta en manos de sexo masculino solo por superior fuerza muscular. Tal es único fundamento para avalar milenos de opresión, única superioridad en fuerza física. Recuerdo algún manual del glorioso movimiento nacional salido de la sección femenina de Falange, que me pasó una amiga, en el que se constataba que la mujer debía consagrarse al hogar y tenerlo listo para el "reposo del guerrero", solo se constataba,, nunca se explicaba el por qué.
Si somos responsables de la modelación biológica de la mujer, insinuándolo con la cautela debida, pues algo también corresponderá a la Naturaleza, a la inercia vital, al darwinismo o a qué sé yo qué, el hecho es que en muchos casos el resultado de esta situación ha deparado una bonita realidad. Y añado que esa bonita realidad no tiene por que no poseer los demás complementos de la condición humana, todos ellos. Los buenos y los malos.
Hoy día el deporte y la alimentación pueden hacer de una delicada chica una excelente atleta. Con alguna diferencia en cuanto a fuerza bruta, es verdad. Pero si es esa la base del predominio secular de una sociedad masculina, que lo es, no cabe duda, no es para presumir de ello. Es desolador pensar cuanto talento, cuanto intelecto, femenino, o, lo que es lo mismo, humano, ha sido acallado por la opresión del macho. Desde la asombrosa e insuperable Hipatia hasta hace muy poco, cuantos prodigios han sido sepultados por la imbecilidad no humana, sino específicamente masculina. Los hombres hemos construido sociedades, en las que a la mujer solo les quedaba espacio para la plástica. Creía que nada había lastrado tanto el progreso del pensamiento humano como las religiones, pero también el músculo masculino (fuera de toda connotación lasciva) ha servido de peso muerto en contra de la evolución..
A día de hoy puedo decir que las cuatro o cinco personas mas inteligentes que conozco son mujeres, quizás sea una mutación un ajuste, a alguna de ellas se les queda pequeño el país donde nacieron por que aun queda mucho por ser reivindicado y en esos países mas.
Como humano en vez de resignarme a este equilibrio, puedo decir que me alegro de que suceda, y como macho solo digo que detesto esas mentalidades que pretenden dar una superioridad por género, y el que se crea superior por ello, que lo demuestre.
Ahora bien amigos, una frustración si me queda, el no haber comprobado mucho más a menudo de forma palpable la estructura muscular del culo de mi novia aquella........
6 marzo 2008
3 comentarios:
Muy, pero muy bueno su post señor. Lo digo con todo el respeto que me merece, dado que nací de género femenino. Y usted hace honor al sexo fuerte... Superior digo, no es lo que parece, jaja
Acoto algo. Más allá de considerar potencialmente iguales de inteligentes en general, al hombre y la mujer, existe también una inteligencia emocional. Habitualmente se considera más dotada de esta a la mujer. Pero tambien es un error. Los hombres podrían manejar muy inteligentemente sus emociones y afectos si no se los condicionara diciéndoles la tipica frase: "los hombres no lloran". Lo que se logra es que se formen una coraza que despues a la hora de relacionarse los perjudica.
Es mi humilde opinión.
Besos
M
Señorita M no olvide qe lo que subyace son los gluteos, muy receintemente vi unos hermosos.
Tiene usted razón la sociedad hecha por ombres tambien no paso factura a nosotros. De manera que tos hemos perdido. Pero las féminas siguen siendo el colectivo mas damnificado.
el autor
¡Es de justicia!, ¡Si, Señor!.
¡Mujeres!, antes morir que vivir de rodillas(bueno...).
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