Enfrentado al rostro virgen del lienzo
como pintor que recupera el aliento
que busca el color del deseo
recuerdo, sonrío, y extraño y pienso
mil puñales de dulce hierro
clavados en la memoria siento
entre olas de espuma y fuego
marejadas de cálido hielo
resaca mojada de algunos te quiero
que vinieron y se fueron muy lejos
alboradas de rubios cabellos
mediodías, solsticios y verdes destellos
atardeceres e incendios yertos
En cúpula del recuerdo hay un cielo
Mil palabras bailando
Mil caderas hablando
Aún viven rescoldos en el suelo
Mil bocas explotando
Mil explosiones besando
Un cincel que muerde el tiempo
Mil caricias sobre el mármol
Piedras tibias para el tacto
Regresaré del futuro para volver al pasado
Moriré al alba para nacer al ocaso
Y cuando el sol llore hielo
La noche será fuego
Y entonces sabré que muero.
9-AGOSTO-2009
2 comentarios:
Hermoso Pedro. Realmente expresa la melancolía del amor.
Mil cariños
Pauly
Lo vuelvo a leer y me sigue pareciendo soberbio.
Por cierto, lobo, me hablaste de Marina Lassen, ¿sabes de Alejandra Pizarnik? (Argentina 1936-1972) La descubrí hace poco y desde luego me sorprendió. Ella no quería luchar, sencillamente no quería. Todo lo contrario que Marina y tú. Ella tiró todo por el wc incluído su talento, no quería o no pudo luchar, aunque sólo fuera para que otros siguieran alimentando esa realidad no demostrada en laboratorio conocida como "sentimientos".
Sigue sintiendo tus palabras.
Luis
Sigue, seguid regando de palabras
Publicar un comentario